MONTSERRAT
Debe ser el sonido más bonito que existe y, desde luego el más complejo. Los humanos cantan. Cantan, entonan, modulan, interpretan; aprenden melodías y armonías que son auténticas historias cargadas de emoción y sentimientos. Ya en el parvulario, cada día cantan los peques y les encanta. Bien o mal, todo el mundo canta. O si no, silba. O si no, tararea. Cantar libera el alma y optimiza el mundo. Escuchar una voz divina reconcilia con la vida. Los humanos cantan. ¿Por qué lo hacen?
Nadie sabe cuándo empezó a cantar la raza humana, y no tengo noticia de ningún arqueólogo o antropólogo que haya investigado este hecho tan diferencial del homo sapiens. Lo cierto es que a todo el mundo le gusta cantar u oír cantar, y es curioso ver como niños/as de dos o tres años aprenden y cantan canciones con extraordinaria facilidad. ¿Música en los genes?
La música interpretada por la voz humana puede llegar a niveles excelsos y ser un auténtico deleite para el espíritu, y a continuación me he permitido seleccionar unas arias y canzonettas conocidas que ponen la piel de gallina por su belleza, que creo hacen vibrar incluso a los no melómanos:
MONTSERRAT CABALLÉ: O mio bambino caro (Gianni Schicchi, Giacomo Puccini)
LUCIANO PAVAROTTI: Caruso (Lucio Dalla)
PLACIDO DOMINGO: Mattinata (Ruggero Leoncavallo)
EDDA MOSER: Der Hölle Rache (Die Zauberflöte, W.A. Mozart)
JOSEP CARRERAS: Una furtiva lacrima (L'Elisir d'amore, G. Donizetti)
FREDERICA VON STADE: Voi que sapete (Cherubino, Le nozze di Figaro, W.A. Mozart)
ANDREA BOCELLI: Nessun dorma (Turandot, Giacomo Puccini)
PATRICIA PETIBON: Lascia ch'io pianga mia cruda sorte (Rinaldo, G. Händel)
Que lo disfruten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario