viernes, 23 de marzo de 2012

LA VOZ HUMANA COMO EJERCICIO DE SENSIBILIDAD





MONTSERRAT

Debe ser el sonido más bonito que existe y, desde luego el más complejo. Los humanos cantan. Cantan, entonan, modulan, interpretan; aprenden melodías y armonías que son auténticas historias cargadas de emoción y sentimientos. Ya en el parvulario, cada día cantan los peques y les encanta. Bien o mal, todo el mundo canta. O si no, silba. O si no, tararea. Cantar libera el alma y optimiza el mundo. Escuchar una voz divina  reconcilia con la vida. Los humanos cantan. ¿Por qué lo hacen?

Nadie sabe cuándo empezó a cantar la raza humana, y no tengo noticia de ningún arqueólogo o antropólogo que haya  investigado este hecho tan diferencial del homo sapiens. Lo cierto es que a todo el mundo le gusta cantar u oír cantar, y es curioso ver como niños/as de dos o tres años aprenden y cantan canciones con extraordinaria facilidad. ¿Música en los genes?

La música interpretada por la voz humana puede llegar a niveles excelsos y ser un auténtico deleite para el espíritu, y a continuación me he permitido seleccionar unas arias y canzonettas conocidas que ponen la piel de gallina por su belleza, que creo hacen vibrar incluso a los no melómanos:


MONTSERRAT CABALLÉ:  O mio bambino caro  (Gianni Schicchi, Giacomo Puccini)
LUCIANO PAVAROTTI:   Caruso  (Lucio Dalla)
PLACIDO DOMINGO:  Mattinata  (Ruggero Leoncavallo)
EDDA MOSER:  Der Hölle Rache (Die Zauberflöte, W.A. Mozart)
JOSEP CARRERAS:  Una furtiva lacrima  (L'Elisir d'amore, G. Donizetti)
FREDERICA VON STADE:  Voi que sapete (Cherubino, Le nozze di Figaro, W.A. Mozart)
ANDREA BOCELLI:  Nessun dorma  (Turandot, Giacomo Puccini)
PATRICIA PETIBON:  Lascia ch'io pianga mia cruda sorte (Rinaldo, G. Händel)


Que lo disfruten.



























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