sábado, 7 de diciembre de 2013

EN EL LABERINTO



¿Por dónde anda tu mente en estos tiempos? ¿Asustada por las cosas que vienen ocurriendo? ¿Perpleja sin saber qué hacer ni a qué dedicarse últimamente? ¿Histérica hasta límites nunca vistos? ¿Aburrida por falta de motivaciones? ¿Arrastrándose entre el lodo de la crisis y quizá de la pobreza? ¿Miedo al futuro, no tanto por un@ mism@ como por unos hijos acostumbrados a la seguridad? ¿Descubriendo nuevas arrugas, frente al espejo, todos los días? ¿Preguntándose por el sentido de la existencia humana?

 ¿Cómo se podría definir la situación de tu mente ahora? ¿Libre como cuando eras joven? ¿Los avatares y las circunstancias vitales la han ido proscribiendo paulatinamente a entornos más constreñidos? ¿O acaso tu mente fue efectivamente aplastada por una educación y entorno restrictivos y se pregunta ahora si sabría volar? ¿Los sucesos y las vivencias han sido tantos y tan intensos que todo ha transcurrido muy rápido y ahora te encuentras con cincuenta años a cuestas, tus hijos son mayores y te preguntas qué hacer con la otra mitad de vida que te queda (pero con menos salud y menos energía)? ¿Tu mente vive instalada entre la nostalagia del pasado y la angustia del futuro? ¿Te has hecho viej@ y te encuentras confundid@ en esta sociedad deshumanizada por los avances tecnológicos y la superpoblación? ¿Has estado demasiado tiempo ligad@ a personas tóxicas o sobreprotegidas y ahora notas los efectos?

Basta de preguntas. Lo más probable es que tu mente (como la mía) esté encerrada en un laberinto de propia construcción. Y es mucho más fácil entrar que salir de los laberintos (eso ya lo sabías).

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Perdida en el laberinto, Alicia se encuentra un gato.
Alicia:  Perdone, señor Gato ¿podría decirme qué camino debo tomar para salir de aquí?
Gato:  Bien, eso depende en gran parte del lugar al que quieras llegar.
Alicia:  Bueno, no me importa demasiado el lugar al que llegar.
Gato:  Entonces tampoco importa demasiado el camino que tomes.

SI TÚ NO SABES A DÓNDE VAS, JAMÁS SALDRÁS DEL LABERINTO

Te lo dice el Gato Sabio, pero es obvio. No es hasta que hayas comprendido esto en toda su amplitud que podrás empezar a trabajar para liberarte. La mente no reposa jamás. La mente siempre está en movimiento y, si tú no le das un destino, empieza a dar vueltas sobre sí misma, creando cada vez más confusión. 

ASUMIR TU SITUACIÓN

Cuando era joven disfruté de una isla maravillosa donde solía pasar los veranos. Un grupo de amigos y amigas de diversas procedencias éramos los "colonos". Los escasos habitantes eran nuestros amigos. Aparte de ellos, que jamás iban a la playa, la isla era nuestra. En las playas no había nadie. El mar era azul y verde. Nos bañábamos desnudos bajo el sol durante el dia y bailábamos bajo la luna y hasta el amanecer por la noche. Así seguimos por años. Y un día empezó a penetrar un alien llamado turismo. Se ampliaron los caminos, se montaron restaurantes, se construyeron apartamentos y hoteles. La isla se llenó de coches y motos y teléfonos móviles. Los residentes aprendieron a hablar los idiomas del turismo y una especie de caos de gente comprando, y preguntando, y molestando se instaló en la isla. Llegaron foráneos a trabajar  que luego se quedaban en la isla para siempre. Mi irritación iba en aumento; constantemente explicitaba mi frustración con todo el mundo y me di cuenta que estaba amargado al no encontrar mi vieja isla preciosa, acogedora y personal. Y un amigo, harto de mis lamentos supongo, me dijo un dia cogiéndome por un hombro: "Tú isla, tu vieja y maravillosa isla, ya no está. ¿Puedes comprender esto? Ahora es otra isla. Si te gusta como es, te quedas. Si no, te largas. Pero si te largas, mi consejo es que te busques otra isla, y no te quedes llorando en un rincón de tu desolada habitación urbana". Estuve pensando en ello bastante tiempo.

CREAR UN NUEVO DESTINO

Los tiempos cambian. Las personas mueren. Las sociedades evolucionan. Lugares insólitos se llenan de gente. Donde antes había misterio ahora hay televisión. Donde las galeras naufragaban ahora hay practicantes de windsurf. Las antiguas manchas de sangre de las alfombras de los castillos habitados por  fantasmas se eliminan ahora con sprayes quitamanchas. Las antiguas tertulias de amiguetes tienen lugar en facebook. Bien, ¿es posible encontrar nuevos destinos estimulantes en este nuevo planeta entre tecnológico y deteriorativo?

Claro que sí. Elaborar un nuevo destino vital no se hace en un plis plas; hay que reflexionar y valorar cuidadosamente. Y, una vez hecho esto, hay que descansar unos días hasta que la mente intuitiva, saliendo de las profundidades del inconsciente, da la solución. De repente se ve claro. No tiene por qué ser otra isla; puede ser cualquier cosa a la que se le pueda llamar proyecto. Y entonces se empieza a diseñar y trabajar este proyecto en la mente; visualizándolo, enriqueciéndolo con detalles, estructurándolo, escribiendo y dibujando sus características en un papel o en un ordenador.

CONSTRUIR UN CAMINO

Sabiendo dónde está y a dónde quiere llegar, Alicia construye mentalmente un camino y empieza a andar por él, es decir, se pone a trabajar. Cuando se ha definido un camino y se empieza a andar por él no se suelen ver los lados ni mucho menos el final. A veces hay atajos, a veces rocas enormes que impiden el paso. A veces se hace de noche o hay que pasar un túnel. A veces te pones enfermo y te ingresan en un hospital. Pero hay que seguir, y el camino va apareciendo según se va andando. Hay que trabajar mucho y razonar poco mientras se marcha. No es con la razón que se llega al Polo Sur. Es con el esfuerzo, un esfuerzo que es la materialización del diseño mental constituído con la razón y ahora machacado con la determinación.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

MOLDEANDO LA INTELIGENCIA FUTURA DE TU HIJ@









Podríamos imaginarnos una gran lámina en blanco donde tú puedes escribir y dibujar lo que quieras. Pero esto no va así. La capacidad cognitiva potencial del cerebro de tu hij@ no es una lámina en blanco, sino más bien un globo deshinchado donde ya vienen dibujados millones de unidades modulares unidas levemente por un cableado elemental pero organizado. Como madre/ padre tienes la responsabilidad de criar a tu hij@ y para ello tienes una estrategia lúcida de cuidados, comidas, higiene y educación, para hacer de él/ella una persona civilizada. Pero, ¿has pensado en cómo desarrollar su mente? Tendremos que hinchar ese globo y, al hacerlo, se va a crear espacio, cada vez más espacio entre las unidades modulares o núcleos de neuronas, casi del mismo modo que cuando en el origen del universo, en el Big Bang inicial, hubo primero un proceso inflacionario súbito del espacio sobre el que luego las partículas y los átomos empezaron a combinarse entre ellos para producir materia.

La progresión de este desarrollo tiene lugar, en un 90%, en el periodo 0-7 años, y empieza a partir del mes siete del embarazo. El bebé siente y oye como un ser humano y no es para nada ajeno a su entorno, que puede ser hostil, neutro o acogedor. Acogedor es un ambiente de caricias y cariños entre los padres; música lírica suave;  palabras de amor y comentarios acerca de con qué ilusión el bebé es deseado; espacio libre de ruidos agresivos, atmósfera de tranquilidad en el hogar y ausencia de angustias, temores o estrés negativo.

Luego, cuando el bebé ha nacido, se inicia una época donde el factor principal para el desarrollo cerebral va a ser el cariño. La inteligencia emocional del bebé es la primera que fluye, y ahí deberá encontrar respuesta en forma de un amor visceral la madre principalmente. Pero no solamente. Las caricias del padre en forma de besos, abrazos, sonrisas y juegos son básicas para este desarrollo emocional. Una serie de ejercicios de movimiento (levantarle los dos brazos a la vez, doblarle las piernas, etc.) le estimulan a adquirir conciencia de su cuerpo. Más tarde, los ejercicios de traslación le harán entender la relación de su cuerpo con el espacio circundante.

La siguiente etapa consiste en la producción de estímulos. Cada vez que el niñ@ recibe un estímulo nuevo (por ejemplo hablarle en forma de susurro o poner dos canciones infantiles en dos idiomas diferente), en su cerebro se construyen nuevas conexiones neuronales o se refuerzan las ya existentes, y se va ocupando la superficie cognitiva inflacionada que habíamos empezado a crear con la música y las palabras de amor. La música lírica debería seguir sonando como cosa habitual, porque genera una pátina envolvente de las emociones primero, y de los sentimientos después.

Vamos a hablarle a la criatura de forma absolutamente natural, sin entonaciones ridículamente infantiles ni palabras o sonidos estúpidos. No hay que escoger palabras pretendidamente fáciles para que las entienda. Los bebés entienden muchísimo más de lo que se cree y, su red neuronal va estableciendo una conectómica apropiada para la adquisición del lenguage. Su capacidad de verbalización futura estará muy relacionada con el hecho de haberle hablado de forma natural y amplia cuando era bebé. Y, poco a poco, como un milagro, el niñ@ empieza a hablar. En el caso de bilingüismo, se observa (personalmente, con pasmo) que ese infante habla y diferencia un idioma de otro. Esto es especialmente importante, porque los bebés bilingües desarrollan dos patrones neuronales paralelos, uno para cada idioma. Esta duplicidad ocupará más superficie cognitiva y aumentará, por tanto, la inteligencia global del individuo (cuanto más aprendes, más puedes aprender) Según estudios recientes de la neurociencia, las personas bilingües tardan de media cinco años más en desarrollar Alzheimer (si lo desarrollan).

Cuando los niños crecen en un ambiente feliz (hogar + familia no conflictiva), los sentimientos positivos que envuelven su cerebro forman una plataforma mayor sobre la que acumular conocimiento y la mente crece. La inteligencia no es global, como antiguamente se creía, sino que se especializa en concretos talentos que se desarrollan en función de muchos factores: genético-hereditarios, feed-back del entorno, medios de comunicación, imitación de modelos de comportamiento observados, cultura local, universo digital...

Alrededor del año 2000, el psicólogo americano Howard Gardner propuso el concepto de las inteligencias múltiples, acotando lo que ya mucha gente sabía intuitivamente: que hay muchas formas de inteligencia; que se puede ser muy apto para hablar idiomas y muy lerdo para las matemática o al revés. Que hay gente que vale para una cosa y para otra no. El tema es muy complejo. Así pues, estaríamos hablando de siete inteligencias básicas que como padres deberíamos estar atentos y observar en nuestr@ hij@, que son según Gardner:

1. VISUAL- ESPACIAL: capacidad de visualizar objetos, situaciones y recuerdos en la mente
2. LINGÜÍSTICA:  capacidad de verbalizar, aprender idiomas, escribir, redactar
3. LÓGICO-MATEMÁTICA: capacidad de deducir, de concluir, de llegar a resultados, abstracción
4. MUSICAL: tener oído, tener ritmo, saber bailar, disfrutar de la música
5. NATURALÍSTICA: capacidad de relacionarse con la naturaleza, seres vivos, animales, plantas
6. INTERPERSONAL: capacidad de relacionarse con los demás, sociabilidad, empatía
7. INTRAPERSONAL: capacidad de relacionarse con un@ mism@, reflexión, meditación, autodiálogo




                                                               Howard Gardner



Alrededor de los dos años (y a veces incluso antes), ya es posible constatar la aparición de los primeros talentos a través de las habilidades del niñ@, y es el momento de dirigir los estímulos en esa dirección. Es preciso establecer un programa gradual más o menos sistemático, porque cualquier forma de estímulo debe facilitarse siempre pausadamente y en formato de juego. La simulación es el canal. Establecer situaciones relacionadas con lo que se pretende para representarlas jugando.

Una señora andaba un día por la calle con su hijo de siete años, y se encontró con el antiguo monitor del parvulario a dónde había ido el niño de pequeño.
-¿Qué tal, señora, cómo anda el niño? -preguntó.
-Pues no sabría bien qué decirle -contestó la señora. Es un niño muy raro. Por ejemplo: ha sacado un cero en cálculo matemático y un diez en dibujo.
-¿Y qué va usted a hacer?
-Bueno, había pensado en ponerle un profesor particular de matemáticas.
-De matemáticas no, señora! De dibujo! De dibujo! -espetó el profesor.









CHARLES BENNET TIENE DESARROLLADO UN TALLER DE CUATRO HORAS DE DURACIÓN PARA PADRES DE NIÑOS PREESCOLARES, TITULADO:  EL CEREBRO PREESCOLAR: LA GRAN OPORTUNIDAD
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miércoles, 30 de octubre de 2013

TALLER "EL MÚSCULO ESTÁ EN LA MENTE"






EN  SITGES  (Barcelona)

LOS DÍAS 8 DE NOVIEMBRE (tarde) y
                   9 DE NOVIEMBRE (mañana)

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APRENDE A GESTIONAR TU MENTE, SALIR DEL LABERINTO Y ADMINISTRAR TU DESTINO


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EL MÚSCULO ESTÁ EN LA MENTE
impartido por Charles Bennet 


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"El músculo está en la mente" y "Un Taller presencial de Charles Bennet"


Horario del Taller:
Viernes 8  :  de 16.30 a 20.30 hrs
Sábado 9  :  de 10.30 a 14.30 hrs 

 Lugar:
 espacio LULABAY    Sant Josep, 36 de Sitges
 Precio: 150.- incluídos manual y materiales



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Si tu mente progresa, progresa tu vida.

Esta vez, tu mente dará un salto adelante







lunes, 14 de octubre de 2013

PIÑÓN FIJO








Todo lo que adquiere el intelecto humano, comparado con lo ya adquirido, pasa a un archivo general inconsciente que es el que guía nuestros pensamientos y acciones de modo automático, a menos que usemos la voluntad expresa de pensar de modo consciente, cosa difícil e infrecuente. De manera general se admite hoy, entre los neurosicólogos, que la masa encefálica es un enorme procesador de datos ocupada en el 95% del volumen total por el procesamiento inconsciente, y luego rodeada por una leve pátina de sólo el 5% que sería el nódulo correspondiente al procesamiento consciente de los datos. Nuestra vida suele funcionar a piñón fijo.

Es más: incluso cuando creemos que estamos tomando una decisión pensada y reflexionada estamos en realidad obedeciendo a nuestros patrones instalados, que no nos permiten una decisión objetiva porque nuestra información de archivo es sesgada, parcial y envuelta en series de emociones, positivas, negativas y neutras. Para lo bueno y para lo malo. El libre albedrío se tambalea.

Bueno, no pasa nada, llevamos así un millón de años y no nos ha ido tan mal. De hecho nos ha ido tan bien que nos hemos convertido en semidioses dominadores. Pero claro, estamos a punto de cargarnos el planeta, hay millones de niños que mueren de hambre y muchos de nosotros tenemos la mente metida en un laberinto y no encontramos la salida. Piñón fijo. No way out.

Ayer hizo un poco de calor, y de repente me encontré en la barra de un bar por mí desconocido. Acababa de tomarme una coca-cola con hielo y limón, pero no recordaba ni haber tenido sed, ni haber entrado en el bar, ni haber pedido un refresco ni por qué coca-cola, ni por qué con hielo y limón. ¿Había yo hecho todo eso? Sí pero ¿qué parte de mi mente se había ocupado de toda la gestión? No era la mente consciente, desde luego. Si lo hubiera sido, la secuencia habría tenido que ser ésta:

YO (pensando conscientemente):  "Parece que hace calor. Sí, hace calor, y por eso estoy sudando y tengo sed. Mi cuerpo ha perdido líquido con el calor, y debería beber algo para reponerlo. ¿Dónde puedo encontrar un lugar que vendan líquidos refrescantes? Voy a mirar por aquí a ver si encuentro un bar. Estoy mirando. Ahí hay uno. Voy a dirigirme caminando hacia allá. Ya he llegado. Pero para entrar debo abrir la puerta. La estoy abriendo. Allí, en la barra, veo un taburete. Me voy a sentar en él y voy a pedir un refresco al camarero. Me siento. El taburete es muy alto. Una coca-cola, por favor. ¿Con hielo y limón?  Sí, gracias. Me la voy a beber. Me la estoy bebiendo. Fresca, dulce. ¿Me gusta? No está mal, pero no sé por qué la he pedido, si me gusta más la cerveza. La próxima vez pediré cerveza.

Para un adulto inteligente es horrible vivir así. No quedaría tiempo para meditar, reflexionar, analizar, aprender, con la mente siempre alerta y consciente de todo el entorno. No es necesario vivir tan conscientemente porque todos estos patrones de la vida diaria están instalados de hace años y, como se usan en modo automático, no ocupan lugar en la mente consciente y rara vez se cambian. Y no hace falta preocuparse porque el consciente le avisará cuando su navegación en modo inconsciente le lleve a un  posible incidente o peligro. "Hágase a un lado con el coche, señor, que está viniendo una ambulancia"  "¿Eh? Ah, sí, es verdad, no me había dado cuenta. ¿Quién me ha dicho eso? Mi consciente, que me devuelve a la realidad presente porque se ha alterado de repente la plácida vida del piñón fijo.

Los que viven con la mente en modo consciente muchísimo tiempo de su día son los niños, grandes disfrutadores del presente porque su subconciente contiene todavía poca información. Así  que ellos dedican el tiempo a observar, y ven todos los detalles por accesorios que sean. En cierto sentido tienen más libre albedrío que los adultos, que cuanto mayores, peor.

Vivir a piñón fijo es  bastante confortable en la vida diaria, y no tan fatigante. Lo hace todo el mundo, a veces hasta unos límites francamente irritantes. La vida transcurre en un vuelo. El inconsciente es una forma de felicidad. Pero debemos comprender que, aunque el modo consciente de la mente es más fatigoso porque es el instrumento con el que debemos plantearnos objetivos y metas y modificar los aspectos negativos de nuestras actitudes y ser voluntariosos y solidarios, aprender a amar y proponernos encontrar nuevos caminos benéficos que nos permitan ser también conscientemente felices, es el nivel mental que nos hace humanos, libres y dignos. Y, por tanto, tenemos que usarlo para prever y modificar los acontecimientos a nuestro favor. Hay que pensar conscientemente para planificar cómo queremos que sea nuestra vida y, así convertirnos en dueños de nuestro destino.

Soy un decidido fan de Alicia en el País de las Maravillas, y me gusta especialmente la escena de Alicia en el Laberinto:

Alicia :  Señor Gato, por favor, ¿podría indicarme qué camino debo tomar para salir de aquí?
Gato  :  Bueno, eso depende en gran parte del lugar al que quieras llegar
Alicia :  No me importa mucho a qué lugar llegar
Gato  :  Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes

Tu mente consciente está atrapad@ en un laberinto mental. Si quieres salir de él habrás de decidir conscientemente a dónde quieres llegar. Porque si vas a piñón fijo , nunca saldrás de él.





















martes, 24 de septiembre de 2013

LA MÁQUINA DE PENSAR




De este cableado biónico, intrincado y desmesurado, se eleva el pensamiento que va construyendo una mente con identidad, personalidad y carácter. En este laberinto del cuerpo humano hay igual número de neuronas que estrellas en la Vía Láctea. Nuestra galaxia interna es un ente vivo con sus propio medios de percepción para la gestión del universo material, del abstracto, del cognitivo, del espiritual, del emocional y del sensitivo.

Yo creo que los dos descubrimientos más imponentes de la neurociencia, que están marcando época porque introducen la mente humana en un nuevo nivel de existencia, son:  la plasticidad cerebral es decir, cómo el cerebro se modifica físicamente con el pensamiento, y el aprendizaje imaginativo como herramienta voluntaria de adquisición de conocimiento y ejecución de tareas. Ambos tienen unas aplicaciones inconmensurables, que cambiarán los destinos de la humanidad en las próximas décadas de manera ineluctable.

Si se ha aprendido a nadar es porque, en sucesivas sesiones, el pensamiento, con la voluntad, han construído una red neuronal específica, en algún lugar del hipotálamo, que gestiona los movimientos necesarios para ello, a base de repetir o redundar el programo pensado. ¿Qué es una red neuronal específica? Es un conjunto de neuronas que ya estaban allí pero que ahora se han especializado y han establecido nuevas y múltiples conexiones entre ellas, transportando la información necesaria para, en este caso, saber nadar. ¿Quién ha tejido la red de conexiones entre ellas? Un pensamiento "natacional" sistematizado. El conjunto de esta red concreta genera entonces una especie de mente particular o local que se dedica al control de la natación, que al principio es consciente pero que cuando está consolidada pasa al nivel inconsciente, con lo que le es posible seguir realizando la actividad en modo automático, desocupando el pensamiento consciente que puede atender a otras cosas mientras se realiza esta actividad. La red neuronal especializada está conectada por supuesto con la red global, y por tanto su actividad mental es coherente con la identitad y el carácter del sujeto: si es impulsivo nadará impulsivamente, si es miedoso nadará con cuidado, etc.

La imaginación es la estrella de la actividad mental. El gran descubrimiento consiste en que el cerebro activa los mismos mecanismos electroquímicos tanto cuando realiza una acción como cuando "sólo" la imagina. Las consecuencias de este fenómeno son trascendentales para el aprendizaje. Exactamente como cuando alguien quiere aprender a pilotar un avión y pasa unos tiempos sentado en un simulador de vuelo en el que realiza todas las maniobras sin peligro alguno aunque resulten fallidas, la mente puede crear y reproducir  imaginativamente idealizados una situación, un hecho, una habilidad, un objetivo a conseguir y redundarlo durante un tiempo hasta crear una red neuronal específica que se ocupe de gestionarlo con éxito. Por ejemplo: se dice que instintivamente todas las mujeres son buenas madres. Quizás observar el comportamiento de las niñas en el parvulario jugando con sus muñecos, paseándolos en el cochecito, dándoles de comer, canviándoles el pañal o visitiéndoles con ropitas puede ayudar a comprender el fenómeno del aprendizaje imaginativo.


La genética ha creado en el cerebro del bebé una superficie cognitiva compuesta por neuronas que tienen componentes hereditarios, más las que los padres irán creando con el cariño y la estimulación verbal y gestual y de comportamiento. Cuanto más amplia sea más posibilidades tendrá, puesto que así habrá más espacio para la futura conectómica interneuronal que es la que a la postre servirá para entender es decir, para relacionar los conocimientos entre sí y extraer conclusiones o solucionar problemas. Esta capacidad del cerebro o disco duro del sistema biónico no es otra cosa que el nivel de inteligencia de la persona, que se ejercita y desarrolla con el pensamiento y la acción y la interrelación social, y su producto final es la mente o identidad.

Aprender a pensar partiendo de estos nuevos parámetros es determinante en un mundo cada vez más complicado y poblado. Poder crear a voluntad pequeños cerebros -dentro del gran cerebro- y desarrollar habilidades concretas va a ser decisivo, y el ejemplo más obvio es lo que podríamos llamar la mente de los campeones. Estas técnicas de entrenamiento mental aplicadas al deporte producen unos resultados visibles incluso por los neófitos. A igual nivel técnico, gana el deportista  que mejor responde a su robusto programa mental.. Piénsese ahora en las soberbias aplicaciones de esta mente a la hora de innovar, de alcanzar la excelencia profesional, de ser solidari@, de curar o paliar enfermedades graves, de alcanzar objetivos y cumplir deseos. Piénsese a la hora de desarrollar talentos. Piénsese para cuando tengamos que educar niños de nuevas generaciones para que sean mejores que nosotros y seguir haciendo avanzar a la humanidad,








Más información:  El músculo está en la mente 
                            La doctrina del campeón
                            Design thinking
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sábado, 31 de agosto de 2013

LA CONEXIÓN MENTE-ESPÍRITU







Dando por sentado que el espíritu es nuestro yo inmaterial (o conciencia), y que la mente es el software que lo sustenta en el mundo material,  parece que la ciencia sigue acercándose a la religión, para contradecirla en los detalles literales pero para certificarla en bastantes concepciones. ¿Qué significa esto? Quizás puede significar que, tomando las religiones como metáforas de una realidad superior y las ciencias como una documentación provisional de las realidades inferiores, seremos capaces de avanzar en el conocimiento global de quiénes somos y por qué estamos aquí.

Lo cierto es que la ciencia de hoy nos plantea este teorema cuántico alucinante: en el universo material todo está formado por átomos. Un átomo es un núcleo de protones y neutrones alrededor del cual giran electrones. ¿Qué es eso? Pues un sistema solar. Nosotros mismos somos un enorme conjunto de células constituídas igualmente por sistemas solares. La distancia entre el núcleo y los electrones de este sistema es inmensa (en relación al tamaño), y mucho mayor que la distancia entre el sol y los planetas es decir, que estamos hablando de un vacío colosal. Así que, desde el punto de vista material, nosotros estamos hechos de espacio vacío. Pero hay mucho más: el núcleo del átomo está otra vez compuesto por subpartículas y otra vez subpartículas de éstas que en la dimensión infinitesimal acaban siendo una cuerda de energía que vibra. Energía; pura energía cargada de información; la que hace que las cosas vivan y crezcan y evolucionen, la energía que está al otro lado del signo igual de la fórmula de Einstein. La materia por sí sola es poca cosa: hay que multiplicarla por una constante desmesurada, que es la velocidad de la luz al cuadrado, para que pueda igualar el caudal de la otra orilla de la fórmula, traspasando este maravilloso signo igual que es justamente donde se nace o se muere, es decir, la puerta de la vida inmaterial a la vida material (nacimiento del ser físico) o de la vida material a la vida inmaterial (muerte del ser físico).

E=mc2  Cuando somos seres sólo espirituales estamos en la E (energía). Cuando somos seres físicos estamos en la m. ¿Ocurren trapaspasos sucesivos espíritu-materia (vida-muerte) durante eones de tiempo como proponen budistas e hinduístas, conservando una identidad suprema perpetua y renovando la personalidad del mundo material en distintas identidades sucesivas? Yo no lo sé, pero me gusta la tesis. La encuentro lógica. Nacer al mundo físico sería como ir a la escuela. Y, terminada la clase, volver a casa. Y al día siguiente volver a la escuela. Y así sucesivamente. Aprendiendo cada día más cosas hasta llegar a ser un espíritu sabio, definitivamente inmaterial, que ya no va a la escuela. Me gustaría que fuera así.

A través de estas cuerdas energéticas cuánticas, nuestro cuerpo físico puede vibrar en la misma frecuencia que el universo. Si nos sintonizamos con él, se curan enfermedades, se cumplen deseos, se recibe y se da amor a las personas, se goza la naturaleza. Si ponemos nuestra mente a la contra de esta vibración universal, van a aparecer naturalmente molestias y desgracias de todo tipo. Es fácil, pero hay que concentrar la mente en nuestra propia vivencia, inhibiendo las apocalipsis siempre presentes en los medios de comunicación y la enorme variedad de personas tóxicas que nos rodean. Hay que proscribir la ira, la crítica negativa, el lamento, la envidia, el odio. Una de las múltiples maneras de hacerlo es la meditación: un diálogo con nuestro yo interior, al que pedimos ayuda para sintonizar aquellos nuestros pequeñísimos sistemas solares con los pequeñisimos sistemas solares de las hojas de los árboles, del mar, de las aves, de los familiares y amigos, de los pueblos y ciudades y países, del planeta Tierra, del sistema solar planetario, de la galaxia y del universo. Todo el conjunto vibra en la mente y la conexión con el espíritu nos hace sentir dioses en estos instantes. El universo está reflejado en cada una de las células del cuerpo humano.

La materia no es más que una manifestación burda del mundo real inmaterial. La materia es una ilusión; es un puro espacio vacío percibido con sentidos que operan a partir de un cerebro encerrado a oscuras en un cráneo. Es la energía que penetra por el canal cuántico hasta el núcleo atómico de nuestros menudísimos sistemas solares la que vitaliza y pone en marcha la materia, del mismo modo que el titiritero moviliza con sus dedos la figura de la marioneta desde fuera del guiñol. Bien, aquí estamos para la experiencia: sólo hay que aprender a utilizar esta energía para nuestro relajado bien y el de las personas que comparten la misma experiencia vital.

La ciencia y la religión son probablemente dos maneras distintas de aproximarse e interpretar una única verdad existencial. Un día le dije a un monje budista amigo mío, practicante relajado y feliz de esta religión tan bella como poco agresiva en el increíble Monasterio de Plana Novella (Garraf-Barcelona): ¿Podría ser que nosotros, los seres humanos físicos, fuéramos meros avatares de un programa de software de una supercivilización avanzadísima que experimentara con niveles alternativos de existencia?  Ja, ja, ja -rió-, eso mismo dice el budismo, con otras palabras desde luego, y con un añadido importante: esa supercivilización avanzadísima que mencionas seríamos nosotros mismos.

















domingo, 25 de agosto de 2013

LA MENTE DEL ROBOT








Ella:  Te ha dado rabia que me comiera tu torre, ¿verdad?
Robot:  ¿Rabia? ¿A qué te refieres?
Ella:  Sí, que te ha disgustado, que no lo esperabas
Robot:  Bueno, esperar, yo no espero nada; yo sólo tomo decisiones en función de la situación del momento
Ella:  Entonces, ¿no esperas ganar la partida?
Robot:  Estoy programado para ganarla, no para esperar ganarla
Ella:  Pero, ¿te gustaría ganarla?
Robot:  Si tú no eres mejor que mi programador, ganaré yo, es un hecho, no una cuestión de gustos


El mismo diálogo entre humanos:

Ella:  Te ha dado rabia que me comiera tu torre, ¿verdad?
Él:  Es que no entiendo cómo puedo ser tan burro, la hostia
Ella: Ya veo que te has disgustado, no lo esperabas
Él:   Claro que no lo esperaba, ¿acaso crees que me la he dejado comer?
Ella: ¿Pero todavía crees que puedes ganar la partida?
Él:  Claro que lo creo, esta partida voy a ganarla aunque me dejes las piezas en calzoncillos
Ella:  Bueno, todavía pueden pasar muchas cosas
Él:  Sí, sí, ahora voy a ir a por todas, ya vas a ver


En el cerebro electrónico del robot, que genera un tipo de mente computacional, no hay disco duro para la imaginación ni la emoción, y no digamos ya para los sentimientos, que son los mecanismos mentales que hacen a los humanos superiores (aunque a veces también les puedan destruir) colocando sus actuaciones en rampas de lanzamiento y repostadas con combustible extra.  Pero la gran clave diferencial de la mente humana es la capacidad de imaginar. Si bien se pueden incorporar una especie de burdas falsificaciones de sentimientos en el software de un robot, no es posible inducirle ninguna capacidad de imaginar, ni tampoco soñar, ni tampoco anhelar, ni mucho menos amar, entre otras cosas probablemente porque estas actividades no son implantables sino desarrollables biológicamente a partir de una genética humana ancestral y remotísima.

Pero los neurólogos hicieron no hace mucho tiempo un descubrimiento sensacional: las neuronas espejo. Parece ser que estas neuronas específicas se ocupan de la importación de comportamientos ajenos, de la empatía y de la imitación del habla, de la expresividad y de la gestualidad de otras personas. Las neuronas espejo, de las que hablaremos otro día si les parece, sí son reproducibles y objetivables electrónicamente, y en eso se basa la tecnología que permite estos escalofriantes robots japoneses para niños tipo Furby. ¿No conocen a Furby? No saben lo que se pierden.

Furby es un peluche interactivo parcialmente robotizado, recientemente puesto al día, que aprende, habla, puede ser alimentado, se ríe e interacciona con su propietario y con otros de sus congéneres. Va adquiriendo personalidad a medida que se le habla y facilita información (al principio sólo habla furbyano, un extraño y fonético dialecto de los Furbys, pero paulatinamente va aprendiendo el idioma en que se le habla) Tiene un aspecto inquietante, que excita a algunos de sus morbosos propietarios y asusta a muchos más. En los de última generación se han substituído los ojos mecánicos por pantallas LDC color retroiluminadas que pueden mostrar distintos tipos de ojos y símbolos, y cuenta con su propia aplicación desde la que se puede realizar todo tipo de actividades. Furby almacena su personalidad en memoria, y tiene la costumbre desasosegante de comunicarse y aprender en compañía de otros de su calaña. No tiene botón de apagado y, aunque se le retiren las pilas, no resetea. La única forma efectiva de hacerlo callar es mantenerlo a oscuras (y aún así). En función del trato que se le da, Furby va desbloqueando con el tiempo otras personalidades que mantenía ocultas.

Por espeluznante que parezca un robot que va desarrollando su propia personalidad, en realidad no pasa de ser una mera computación de la información recibida sesgadamente a través de fonemas cuyo significado el robot no puede procesar y se limita a reproducir aleatoriamente. Porque ahí está el verdadero meollo de la cuestión: el cerebro del robot no puede desarrollar conciencia, que es algo que los humanos llevamos con nosotros desde ya antes de nuestro nacimiento. Por eso tampoco puede tener sentimientos ni emociones, aunque a veces los imite con sus expresiones faciales o sus comentarios. Pero claro: no olvidemos que a los humanos que no tienen conciencia ni sentimientos les llamamos psicópatas. Así que...










martes, 20 de agosto de 2013

DESIGN THINKING (4)








PENSAMIENTOS DISEÑADOS Y RECOGIDOS



1.   Las cosas van mal de repente pero se solucionan gradualmente
2.   Se estima que una negociación ha ido bien cuando todos salen con la sensación que les han engañado
3.   La experiencia permite reconocer errores que ya se habían cometido
4.   La indecisión es la base de la flexibilidad
5.   La insignificancia de un personaje es directamente proporcional a la cantidad de insultos y amenzas que
      emite
6.   La magnitud y lujo de la Recepción de una empresa o institución es inversamente proporcional a su
      rating de solvencia
7.   Nadie atenderá la lección que usted imparte hasta que meta la pata
8.   Si usted se encuentra en un agujero deje de cavar, ¿eh?
9.   El número de tatachín-chín-poms contenido en un himno nacional es inversamente proporcional
      al PIB del país que lo detenta
10. El tamaño de los pechos de las mujeres es inversamente proporcional al coeficiente de inteligencia de
      los hombres que atraen con ellos
11. El monto del dinero que los bancos reciben del estado es inversamente proporcional al número de
      hipotecas concedidas
12. De la fuente misma de los placeres acaba brotando no se sabe qué extraña amargura
13. Como el esparadrapo hay dos tipos de amigos: los que no se pegan y los que no pueden despegarse
14. La velocidad del viento es directamente proporcional a la longitud del tablón que usted transporta
15. Tanto si usted se casa como si permanece solter@ se arrepentirá









sábado, 17 de agosto de 2013

PAUTAS DE PENSAMIENTO PARA LA ACCIÓN






Generar pensamiento dirigido conscientemente es generar actividad eléctrica que los neurotransmisores harán circular por la red de un patrón determinado. ¿Qué es un patrón? Es una red específica de una habilidad concreta: montar en bicicleta, por ejemplo. Si usted sabe montar en bicicleta es porque hubo un tiempo en que usted dedicó mucho pensamiento dirigido a aprender a montar en bicicleta. Este pensamiento sostenido creó un patrón neuronal exclusivo que usted usa ahora (sin saberlo) cuando coge la bicicleta y se va a dar un paseo durante el cual piensa en toda clase de cosas menos en qué movimientos tengo que hacer para montar la bicicleta. Movimientos, equilibrios, velocidades, frenos y tráfico hace tiempo quedaron pautados y funcionan en modo automático.

¿Por qué no aplicar esta estupenda sistemática a cualquier deseo o proyecto particular? En el espacio físico-neuronal que el cerebro decide -se supone que en función de otros conceptos relacionados-, el pensamiento dirigido y sistemático tejerá una red neuronal específica que ordenará progresivamente las acciones necesarias para alcanzar el objetivo previsto. Sea lo que sea: hablar inglés, tener un hijo, organizar una expedición al Himalaya, estudiar una carrera, aprender a esquiar, optimizar la expresión verbal... Naturalmente, y sea cual sea la meta, deberá estar perfectamente diseñada y concretamente descrita (no se puede alcanzar lo que no se sabe qué es). Y sobretodo muy útil para autoconfigurarse y moldearse el carácter, por ejemplo suprimiendo defectos y vicios arraigados y substituyéndolos por virtudes: donde tengo una red que me automatiza la irritación y la intolerancia, voy a programar un automatismo de equilibrio y paciencia, por mencionar algo.

La oración es en este sentido extremamente útil. Rezar es una forma de dirigir y redundar pensamiento que va envuelto en deseo y emoción, y es un gran instrumento tejedor de nuevas y específicas conexiones neuronales. Tantras y mantras funcionan de la misma manera. No hay arriba un dios con barba blanca que accede misericordiosamente al objeto de nuestra súplica porque rezamos con unción y alabamos su gloria. No, la cosa no va así. Nosotros mismos somos dios o, si ustedes quieren, un trocito de un dios que es el universo visible e invisible. Así pues, rezar es una de las maneras de comunicarse que tiene nuestro yo modificado con nuestro yo inmodificado, o nuestro yo externo con nuestro yo interno, o nuestro yo supremo con nuestro yo terrenal, y así se programa todo.

¿Qué posturas puede tomar el pensamiento (racional-irracional) ante acciones imposibles? Este tema es muy actual en relación a la exploración del universo, especialmente en lo que se refiere a los vuelos tripulados en expediciones al sistema solar y a las estrellas. Cualquier viaje a los planetas exteriores de nuestro sistema solar, a las velocidades de la naves actuales, representa años de ida y vuelta: quince, veinte o más años. Aún suponiendo que con la tecnología de un futuro próximo se lograra construir naves capaces de viajar a un tercio de la velocidad de la luz (100.000 km/segundo), el viaje de exploración de los planetas de la estrella más cercana andaría por los  sesenta o más años. Y, si nos alejáramos un poco más, hablaríamos de viajes de cinco o diez mil años. No ya superar, sino incluso alcanzar la velocidad de la luz es imposible. Pero claro: también era imposible volar en avión y hoy dia es una naturalidad. Un conocido articulista americano escribió a finales del siglo XIX: "Cualquiera puede comprobar que volar es imposible. ¿Por qué razón? Pues porque el aire no puede sostener un objeto que pesa más que el propio aire. Es evidente."

Cuando cambia la manera de pensar, cuando cambia la aproximación mental al problema insoluble, se modifican los mecanismos intrínsecos del propio problema, que es atacado desde una dimensión distinta. Operar una hernia inguinal comportó durante años una incisión lo bastante grande como para poder introducir y colocar una rejilla que reparara el agujero producido en la base de la cavidad abdominal. Y así se hizo durante decenios. Porque es evidente que resulta imposible colocar la rejilla sin abrir antes al paciente. Pero un dia alguien elaboró una pauta mental nueva y pensó diferente. Se introducirían por el ombligo la rejilla y una cámara miniatura y luego, por dos pequeños agujeros practicados por debajo, dos pinzas manipularían la rejilla y la colocarían en su sitio. Para poder trabajar bien, se inflaría la cavidad abdominal con aire. El cirujano podría ver lo que estaba haciendo en un monitor. Pues ahora se hace así y el paciente, que antes tenía que permanecer siete u ocho días en el hospital, se marcha a casa al cabo de unas horas. Se llama Laparoscopia.

El director de la NASA, a preguntas de los periodistas, declaró un día que los viajes tripulados a las estrellas aparecen hoy como imposibles para nosotros pero que sin duda generaciones futuras de científicos elaborarán nuevas pautas de pensamiento que les permitirán atacar y resolver las imposibilidades de hoy, porque sus cerebros habrán creado los patrones necesarios para ello. La tecnología siempre sigue al pensamiento. Y la acción, también.





 





















martes, 6 de agosto de 2013

TEORIAS DE LA RESILIENCIA








Resiliencia es una virtud humana característica de la mente ganadora. Consiste, no tan sólo en aceptar la adversidad, sino en utilizarla reciclándola o reciclándose un@ mism@ en algo positivo para mejorar la vida. La mejor metáfora es la ostra, que vive filtrando agua y quedándose con los minerales que contiene o con el plancton que transporta. Pero entonces, alguna vez, entre estos filtrajes se cuela un granito de arena, que molesta en el interior de la ostra porque ésta no lo puede digerir.
Pues bien: la resiliente ostra segregará un líquido que irá recubriendo el granito de arena, petrificándolo en nácar hasta constituir la joya brillante y esplendorosa que es la perla.

Las esencias componentes de la resiliencia son:

1. Seguir andando independientemente de la oscuridad que te rodea.
2. Asumir que a veces se está arriba y a veces se está abajo: la vie est ondoyante.
3. No compartir agustias y temores con la gente próxima, especialmente con la que te ama.

La resiliencia también es practicable a la hora del éxito: los triunfos exagerados, los encumbramientos mediáticos, el éxito artístico, la brillantez en los negocios y en el deporte pueden convertir fácilmente una buena persona en un idiota. Algunas veces se necesita más resiliencia para ser inmune al halago y al pelotilleo, a escuchar de los demás sólo lo que ellos creen que tú quieres oír, que para asumir la adversidad pura y pelada. Mantenerse tranquil@ y no ver afectada la vanidad cuando todos te aplauden y te felicitan necesita de cierta planificación mental, de la misma manera que un ataque mediático global (merecido o no) requiere una coraza protectora en la mente que impida al menos que eso afecte la vida privada.

Una cadena internacional de tiendas de moda y complementos fue asaltada, durante la noche, en su filial de Nueva York. Las cámaras de vigilancia grabaron los movimientos de los asaltantes, que iban cubiertos con pasamontañas y se llevaron una gran cantidad de artículos. Entonces los propietarios, al día siguiente, decidieron montar imágenes en blanco y negro de este asalto, en un spot publicitario para televisión de veinte segundos, en el que una voz off decía: "Sabemos que nuestros artículos son codiciados en el mundo entero. Pero no hace falta que asaltéis nuestras tiendas. Desde la próxima semana ofrecemos rebajas de hasta el treinta por ciento"














































jueves, 25 de julio de 2013

EDUCANDO LAS EMOCIONES






            
"Ojalá hubiera tenido la valentía de vivir la vida fiel a mí mism@, y no a la vida que otros esperaban de mí."

 Según revelaciones de una enfermera especialista en cuidados paliativos de enfermos terminales, este lamento es el más común en boca de personas próximas a la muerte. Otros lamentos corrientes son: "me gustaría haber tenido la valentía de expresar mis sentimientos" y "no entiendo por qué no me permití ser más feliz". Pues sí. Tiene razón. La felicidad es una elección. Y a los que no se atrevieron a mostrar sus sentimientos reales con objeto de, por ejemplo, mantener la paz en una relación o situación, ¿qué les vamos a decir? ¿Puede haber algo más triste que contener sentimientos que se van volviendo opacos y enfermizos, causando todo tipo de desequilibrios síquicos y metabólicos?

Parece ser que las emociones, que son el pariente tierno de los sentimientos, son el nexo armonizante de cuerpo y mente es decir, del ser humano. ¿De dónde salen? ¿Por qué un niñ@ llora cuando nace? El ser humano es un sistema de deseos atemperados por un sistema de temores, y de este equilibrio-desequilibrio emocional resulta la persona que progresa o regresa, que se muestra o se esconde, que brilla o se apaga.
Pensamientos y sentimientos van siempre juntos y se influyen recíprocamente. Por eso, en la medida en que podamos educar las emociones de los niños, estaremos educando su manera de pensar.

¿Cómo educar las emociones? Se trataría canalizarlas, de potenciarlas o de reconducirlas. Nada hará que un niñ@ emocionalmente impulsiv@ deje de serlo, pero sí podemos enseñarle a dosificar su impulsividad para usarla en los momentos oportunos, a veces con toda su potencia, otras atemperada por la civilidad y la cortesía. No podemos olvidar que las emociones son el mecanismo que plantea las metas más elevadas del cerebro. Y tampoco que las emociones negativas pueden plantear un nivel de destrucción síquica aterrador. Según Daniel Goleman, sintetizador del la "inteligencia emocional", ésta abarca cinco competencias básicas:

-el conocimiento de las propias emociones
-la capacidad de controlar estas emociones
-la capacidad de motivarse a sí mism@
-la capacidad de reconocer las emociones ajenas
-el control de las relaciones

Las emociones adecuadas aceleran la toma de decisiones. Los acontecimientos emocionales son recordados para siempre. Las emociones son la fuente esencial de información para el aprendizaje. Y, ¿donde podemos encontrar y cómo podemos educar la inteligencia generadora de emociones?

Dejando a aparte cuestiones genéticas y hereditarias, el motor de esta inteligencia es probable que se encuentre en las creencias. Por eso, desde el punto de vista educativo, lo importante es suscitar creencias adecuadas en los niños. Las creencias se implementan sugiriéndolas de modo repetitivo al educado, y se combinan con las creencias que el educado ya ha adquirido por su propia cuenta. La creencia forma un suelo sólido donde construir emociones impulsoras o buenos hábitos afectivos. Y las emociones impulsoras lanzan primero las expectativas, y luego las ilusiones, y luego la acción y finalmente la realización personal. Es crucial para el educador (o para el auto-educador en el caso de un adulto) tener muy presente que es más fácil adquirir malos que buenos hábitos afectivos. En efecto, y yo no sé si debido a la segunda ley de la termodinámica, que es la entropía, resulta más fácil no hacer nada que hacer algo; más fácil deprimirse que animarse, ser pesimista que optimista, tener miedo que ser valiente, ser inestable emocional que ser estable, ser insociable que ser sociable, ser perezos@ que ser trabajador... las cosas que no se cuidan acaban por caer al suelo, y se necesita una mano afectiva que se tome la molestia ilusionada de emplazarlas y reemplazarlas una y otra vez en su lugar en lo alto. Hay que trabajar por el orden. Sin parar. Arreglando con esfuerzo lo que se desarregla solo. Hay que mimar las emociones afectivas y dejar que se muestren, compartirlas sin miedo. Mostralas sin pudor. Ayudar a los niños a hacerlo. Hay que cuidar las emociones y reconducirlas cuando se deterioran. Las nuestras y las de los niños que educamos. Es la manera que las cosas salgan bien y la energía emocional se distribuya por nuestro entorno social, creando empatía. Los niños también lloran y no pasa nada.

Así que es más que probable que nuestras realizaciones finales estén determinadas por nuestras emociones, y nuestras emociones estén determinadas por nuestras creencias, y veamos lo que sigue aproximadamente hablando:

Ella cree firmemente en el matrimonio por amor; en la familia, los hijos. Él también, pero no tanto.

Él:   (nervioso, dubitativo) Te quiero, ¿quieres casarte conmigo?
Ella: (emocionada) Sí, sí que quiero (los ojos se le llenan de lágrimas) (se abrazan)
Él:   (contento, pero con un atisbo de inquietud)  No llores, todo saldrá bien.

La función de la inteligencia emocional es dirigir el comportamiento.









































domingo, 14 de julio de 2013

TEORIA DE LA TRANSGRESIÓN




    ¿POR QUÉ LES GUSTA TANTO EL CHIPI CHAPE?




Observando el comportamiento de los niños y su relación con el mundo que les rodea, podemos redescubrir actitudes que nos aproximan al gusto de vivir la vida, esto es, a la felicidad. Miles de filósofos y de neurólogos y de sicólogos y de estudiosos del comportamiento humano se repreguntan en qué consiste la felicidad, mientras tienen a los niños delante que juegan y viven la vida en una especie de nube mental dichosa que se solapa con la realidad perceptual. En una magnífica combinación de imaginación y realidad, actos y emociones que se interpenetran en un presente rabioso sin concesiones a nostalgias ni expectativas.

Los adultos van instalando marcos disciplinarios alrededor de su mente libertaria (y así debe de ser para que la convivencia resulte posible), pero los niños encuentran estimulante ( y también sienten un placer especial) en romperlos de vez en cuando: el ser humano es el único animal del planeta Tierra capaz de poner en duda y transgredir sus propios programas biogenéticos y neurobiológicos. Y éste es su triunfo. Comportamientos impredecibles no son lo mejor como norma, pero sí en cambio como excepción. Nadie podría ir más allá si no fuera así. Los animales en general, prisioneros de su programación genética, pueden pasar millones de años sin modificar su comportamiento, si es que les va bien así. Los humanos, en cambio, tienen el problema inverso: como son tan creativos (es decir, tan transgresores), su comportamiento individual y colectivo se modifica constantemente, haciéndoles progresar y a la vez poniendo en peligro su propia continuidad como especie. Este comportamiento es divertido e inestable.

Desde el punto de vista evolutivo, la especie que más éxito ha tenido sobre el planeta son las hormigas: ya existían en la época de los dinosaurios, están inmodificadas desde hace quinientos millones de años, son la especie más numerosa de la Tierra y prácticamente inextinguibles. ¿Cuáles son las claves?  Para un éxito evolutivo tan descomunal tuvieron que renunciar a dos de los grandes estímulos del existir: la vista y el sexo. De esta manera, un ejército de autómatas biológicas trabaja en beneficio de la colectividad omnipresente, sin ganancia invidual de ninguna clase. Ningún individuo puede materialmente exceder los límites de su propio software biológico. Algunos animales (los domésticos) pueden modificar algo su comportamiento con ayuda de los humanos, aunque siempre se trata de cambios irrelevantes.

Los humanos tenemos un software bio-emocional, del sexo a la nostalgia o al entusiasmo o a la analítica o a la gandulería. Pero, sobretodo, al amor, que es la fuerza que mantiene el mundo físico y el espiritual como compactados. Todo ello proviene de una base genética implantada en el transcurso de los tiempos, pero disponemos además de programas heredados de nuestra propia familia, educativos, de interacción social, de cultura y de entorno: podemos pasar de la sabiduría a la ternura, de la irritación al humor todo regido por una mente gloriosa que, rizando su propio rizo evolutivo, es capaz de programarse a sí misma. Es la mayor de las transgresiones. Para autoimplantarse un programa de comportamiento con frecuencia hay que eliminar uno anterior, y en esto consiste el crecimiento mental.









                                          Ich muss da mal eben was erledigen...  















sábado, 6 de julio de 2013

EL HOMBRE MURCIÉLAGO



                                                                                                          Foto: Marco Grob




En el número de Julio de 2013 de la revista National Geographic, hay una entrevista de Michael Finkel a Daniel Kish de gran interés. Una demostración más de las posibilidades de nuestro cerebro, que están muy lejos de haberse utilizado. Transcribo a continuación su contenido.

"Daniel Kish hace algo asombroso que nos obliga a reflexionar sobre todo el potencial del cuerpo humano que no aprovechamos. Kish nació con cáncer de retina y le tuvieron que extirpar los ojos cuando aún no tenía trece meses. Al poco empezó a emitir chasquidos con la lengua, unos sonidos que parecían ayudarle a moverse. Ahora tiene 47 años y se mueve usando la ecolocalización, como los murciélagos. Y lo hace tan bien que incluso es capaz de ir en bicicleta en medio del tráfico. Su Organización, World Access for the Blind, enseña a otros el arte del chasquido.

¿Cómo funciona la ecolocalización humana?
Cada chasquido produce ondas sonoras. Éstas rebotan en las superfícies que nos rodean y vuelven a mis oídos como un eco débil. Mi cerebro procesa los ecos convirtiéndolos en imágenes dinámicas. Es como mantener una conversación con el entorno.

¿Qué es lo que ve mentalmente cuando emite un chasquido?
Cada chasquido es como el flash tenue de una cámara. Construyo una imagen tridimensional de lo que me rodea en un radio de decenas de metros. De cerca, soy capaz de detectar un poste de un par de centímetros de grosor. A cinco metros, reconozco coches y arbustos. Las casas las localizo a cincuenta metros.

Pero sigue utilizando el bastón blanco.
Me cuesta detectar los objetos pequeños que están cerca del suelo y los desniveles.

¿Qué se siente al ir en bicicleta utilizando la ecolocalización?
Es emocionante, pero requiere una concentración enorme y continuada. Tengo que emitir chasquidos hasta dos veces por segundo, muchísimo más de lo habitual.

¿Es peligroso explorar el mundo de esta manera?
Gran parte del mundo vive aterrado ante toda suerte de amenazas, mucha veces imaginarias. A pesar de mi insaciable costumbre de subirme a todas partes, cuando era niño nunca me rompí ningún hueso.

¿Es difícil enseñar ecolocalización a otras personas ciegas?
World Access ha formado a casi mil alumnos ciegos en más de trenta países. A muchos les sorprende la rapidez con la que notan los resultados. Creo que todos tenemos la capacidad de la ecolocalización. Es posible que el hombre primitivo la usara cuando aún no había luz artificial. El hardware neuronal parece estar ahí, y yo he desarrollado maneras de activarlo. La visión no está en los ojos, sino en la mente.
 


jueves, 20 de junio de 2013

TEORÍA DE LA ILUSIÓN





La ilusión hizo al hombre semidiós.

Cuando alguien tiene la amabilidad de preguntarme cuál es el factor más importante para el buen desarrollo de un proyecto y su exitosa realización, siempre contesto que es una construcción mental similar a un precioso celofán de color con el que se envuelve la estructura imaginativa o diseño mental del proyecto. Este celofán se origina en algún lugar del hipotálamo emocional y, aunque no se sabe muy bien dónde, sí se sabe bastante bien cómo. Le llaman ilusión, y por cierto no sé si el nombre de esta emoción es muy acertado puesto que, a título de diccionario, la ilusión es la percepción de una realidad falsa.

Pero también hay un sentido positivo, que es el de esperanza cuyo cumplimiento resulta especialmente atractivo. ¿Tener ilusión o ser un ilus@? La semántica impone una dependencia del grado de posibilidad de realización pero seguramente, si no fuera por los ilusos, la humanidad sería actualmente una mera estirpe de chimpancé. De ilusión también se vive y se puede ser feliz. De ilusión y trabajo juntos no sólo se vive y se es feliz, sino que se llega a donde se quiere llegar.

La ilusión y su hijo mayor, el entusiasmo, son una familia de auténticos emprendedores. Con ellos se puede llegar a todas partes, incluídas ésas que todas las personas razonables desaconsejan. Sin entusiasmo jamás se llega al Polo Sur o se construye el Canal de Suez porque, sin el ilusorio celofán que las envuelva, las acciones físicas se descoyuntan y se desploman por el camino. Así que una gran dosis de ilusión debe ir inyectándose en el brazo físico del esfuerzo sostenido, durante todo el recorrido, y entonces el objetivo será alcanzado más pronto o más tarde, sin remisión. Sencillo y difícil a la vez.

¿Cómo se crea la ilusión en la mente? Hay que partir de una idea. Por loca que sea, pero bien formada. Que sea visible en la mente. Que pueda proyectarse con facilidad. Que pueda evocarse todos los días. Y entonces hay que definir un objetivo descrito en espacio y en tiempo. El recorrido entre ambos, de A (idea) a B (realización) se llamará expectativa, que es una especie de esperanza atractiva y energética. La mente humana es muy emocional, y todos sus pensamientos están pergeñados por este maravilloso (y a veces nefasto) lastre que es la emoción. Y es ella la que, hábilmente gestionada, lleva al triunfo, entendiendo por ello la consecución del objetivo.

La ilusión en los ojos de un niñ@ es una experiencia conmovedora. Nadie como ellos vive en permanente estado de ilusión, lo que les permite habitar un metamundo donde nada es imposible porque es mágico. A medida que crecemos esta magia se va desvaneciendo diluída en el crudo salfumán de la realidad. Y finalmente, se llega a una edad donde han terminado las ilusiones.

No tiene por qué ser así. Si se generan proyectos, se generan ilusiones. Ninguna mente, a ninguna edad, debe estar sin proyecto. En Escandinavia, donde es frecuentísimo que la gente vaya a cursos durante el invierno, me llamó la atención ver grupos formados por jubilados estudiando, por ejemplo, italiano, o jardinería, o informática. Le pregunté a una señora muy mayor por qué estudiaba italiano.

-Io voglio parlare con gli italiani, bellissima lingua...  -me contestó. Voy a ir a Lecce en verano para estudiar il barroco leccese y, de paso, visitar a mis nietos que viven en esta población. ¿Conoce los magníficos monumentos de la ciudad? Por algo la llaman Florencia del Sur, ¿no lo sabía? ¿Qué me dice, que a usted también le gustaría ir? Pues si no tiene reserva a estas alturas será difícil que encuentre hotel. Así que de momento... no se haga demasiadas ilusiones.






























miércoles, 22 de mayo de 2013

EL EFECTO PLACEBO





























La psique de los cerebros humanos es el más potente de los medicamentos. Aunque no el único, claro.

Hace años tuve una época que me encontraba sumamente desmotivado; todo me resultaba absurdo y me preguntaba por qué hacía lo que hacía. Se lo comenté a una amiga mía, doctora en psiquiatría y de mente no todavía demasiado maltrecha por el exceso de pacientes.

-Te daré algo que no suelo recetar si no sé exactamente con quién trato -dijo misteriosamente sacando un frasco de un pequeño armario contiguo-, tiene unos efectos espectaculares. Sólo son vitaminas y extracto de plantas, pero combinadas de manera excepcional. Una cápsula todos los días al almorzar.

Al mes, yo volvía a estar al antiguo nivel. Las cosas habían cambiado mucho. Había invitado un día a cenar a mi amiga psiquiatra y al poco tiempo empezamos una relación intermitente que duró dos años, hasta que ella decidió casarse con su antiguo novio. Fui a la boda y, bailando con ella, le dije que no sabía si el éxito de aquel tratamiento se debía a las cápsulas que me recetó o a mi  intermitente pero intensa relación con ella.

-Yo creo que ambas cosas a la vez -contestó la picarona-, ahora te puedo decir que el medicamento que te dí está compuesto básicamente de agua y azúcar. Pero combinado con amor se despliega maravillosamente y produce resultados asombrosos.

Normalmente el Placebo es una substancia inerte que se suministra a un paciente o sujeto experimental sugestionándole en el sentido de que es un fármaco quasi-mágico que aliviará su dolor o curará su enfermedad. Si la sugestión es adecuada, los efectos producidos son una "curación psicológica" que, como puede comprenderse, es más que suficiente en casos de hipocondría. En casos de enfermedad importante y real que debe ser tratada con una terapéutica especializada para eliminar la patología, el placebo puede ser magníficamente complementario, especialmente en pacientes pesimistas. Pero hay que prevenir el efecto Nocebo, que se produce cuando el paciente pesimista se sugestiona negativamente creyendo que lo que se le suministra agravará su dolencia o su dolor, porque en este caso se consigue exactamente lo contrario a lo pretendido. Y existe otro efecto aún más sorprendente: experimentar una mejoría sustancial al tomar la medicación sabiendo que es un Placebo. Esto ocurre probablemente porque, aunque la mente racional sí lo sabe, la mente inconsciente no lo cuestiona y pone en marcha las mismas actitudes positivas que desencadenan la circulación de endomorfinas de signo positivo por la galaxia cerebral.

Todo esto ilustra la tremenda influencia de la psique sobre el sistema metabólico, al verse que las actitudes mentales hacen circular, por la red neuronal, un torrente de sustancias que condicionan y modifican la biología misma del individuo, que no deja de ser el resultado de lo que su cerebro piensa. Sin embargo estos fenómenos no tienen lugar en tiempo real, y así pues el individuo es hoy una consecuencia de lo que pensó ayer, y será mañana resultado de lo que pensó hoy. Siempre en el marco de su propia genética familiar (que es algo que marca la tendencia general) y de otras tendencias socio-culturales de influencia menor, y por tanto la modificación metabólica global (si la hay) suele tener lugar en tiempo futuro.

La mente humana es sorprendentemente optimista, y piensa constantemente que el futuro será mejor. De ahí  su gran éxito evolucionario, resultado de seguir luchando e intentando y empujando aún cuando las esperanzadas se hayan esfumado; actitud que la hizo superior a los animales, que son seres que al sentir inferioridad, abandonan. El gran resultado de la farmacopea se debe sin duda a que es muy útil desde el punto de vista fisiológico, pero probablement no es menos cierto que esas ganas de sentirse mejor han llegado a originar una fe ciega en los medicamentos, que acaban haciendo el mismo efecto tanto si sus componentes son realmente terapéuticos como si no lo son tanto o no lo son nada.




miércoles, 8 de mayo de 2013

LA DOCTRINA DEL CAMPEÓN (15)








IDEAS Y PENSAMIENTOS QUE AYUDAN A CONFIGURAR UNA MENTALIDAD GANADORA




Si usted hace algo más de una vez obtendrá un mejor resultado
En economía, toda frase breve es falsa
Las cuestiones realmente difíciles suelen resolverlas los inocentes
Nunca pregunte a un peluquero si cree que usted necesita un corte de pelo
Las personas interesantes son mujeres con pasado y hombres con futuro
Toda revolución acaba evaporándose y dejando el timo de una burocracia renovada
Un campeón@ se procurará más oportunidades de las que normalmente se presentan
Un hoy es igual a diez mañanas
Una síntesis es igual a diez análisis
Un ratón nunca confía su vida a un sólo agujero
Sin acción no se levanta el porrón
Las suposiciones son la madre de todos los líos
En todo trabajo de un genio podemos reconocer nuestros pensamientos rechazados
Si usted puede distinguir entre buenos y malos consejos, usted no necesita consejos
Para vivir hay que mirar adelante, pero la vida sólo se comprende mirando hacia atrás


















jueves, 25 de abril de 2013

LOS PATRONES DE LA MENTE






Hoy, mientras me afeitaba, he estado paseando por la zona del Canal Beagle que, partiendo de Ushuaia, llega hasta  la bahía de Lapataia, cerca de la frontera de Argentina con Chile. Después he volado por encima de la isla de Hornos, donde está el famoso cabo, y no he necesitado avioneta. La última vez hice este mismo paseo en la realidad física. Pero hoy lo he hecho todo con la imaginación, con una musiquilla de fondo que yo mismo me he inventado para amenizar el periplo mental.

¿Quién me estaba afeitando mientras tanto? Bueno, no sé, no recuerdo haber sido yo. Pero la verdad es que he terminado completamente afeitado, de la manera que a mí me gusta y sin corte ni incidencia de ninguna clase. ¿No es asombroso? Pues no. Como todos los días desde hace años, hay en mi cerebro una zona de habilidad afeitativa que se encarga de esta tarea. Es un pequeño(!) cúmulo de neuronas con las conexiones necesarias entre ellas para ocuparse eficazmente (gestionar todos los movimientos y utilizar los artículos necesarios) del afeitado de mi cara sin que mi mente esté allí.

Hay miles de estas zonas de habilidad adquirida en el cerebro para completar tareas específicas que pueden ponerse en modo automático si así se desea: montar en bicicleta, hablar inglés, cocinar una paella, abrocharse los zapatos, conducir un coche, recitar poemas, interpretar una radiografía...  Miles y miles de habilidades construídas como módulos neuronales que operan tanto si la mente se ocupa de ellas como si se ocupa de otra cosa o le da por quedarse en blanco. Por no hablar de las habilidades neuronales directamente inconscientes como las que mantienen los latidos del corazón, el parpadeo o avisan con el hambre y la sed y el sueño que hay que comer, beber, dormir...

Pero detengámonos en las habilidades adquiridas. ¿Quién las construye?  El pensamiento, auténtico mouse del cerebro, deposita cada día capas de voluntad visualizada que desarrollan neuronas que empiezan  a trabajar en un sentido concreto. Con la redundancia, las conexiones interneuronales específicas de este proyecto van multiplicándose, remultiplicándose, siempre conectadas entre ellas así como con el resto del sistema cerebral global. Todos los días pensando cómo nadar, escuchando instrucciones, nadando, volviendo a intentarlo, imaginando los movimientos, repitiendo el pensamiento, repitiendo la voluntad de hacerlo. Y finalmente un día ya se sabe nadar, y la zona neuronal sigue trabajando y cada vez se nada mejor, y se sigue entrenando la mente y el movimiento y el estilo y la forma física... y quién no sabía nadar hace un par de años hoy empieza a ganar competiciones de natación. La zona de habilidad específica se ha desarrollado con este uso y ahora funciona al cien por cien.

Cualquier proyecto que imagine la mente humana puede ser diseñado en la imaginación y luego implementado en el mundo real. Bastará un pensamiento definido y sostenido en el tiempo que irá creando la zona de habilidad cerebral que se ocupará de ello. Luego, un esfuerzo físico también sostenido deberá seguir si es que se quiere pasar este objetivo, de la mente, a la realidad física.





















jueves, 11 de abril de 2013

AMPLIANDO LA SUPERFICIE COGNITIVA DEL NIÑ@







Los cerebros preescolares son un globo hinchable todavía deshinchado. En la medida en que los educadores (básicamente los padres) seamos capaces de irlo hinchando progresivamente, la superficie irá aumentando y podrá albergar más emociones y más conocimiento. El periodo 0 a 5 años es crucial, casi definitivo, en este sentido. El cerebro preescolar deberá recibir mucho amor (seguridad), mucho cariño-caricias (confianza) y mucho juego (entrenamiento mental para la futura realidad).

Con esta base cognitiva establecida, el niñ@ será muy receptiv@ a nuevo saber, y no sólo aprenderá con facilidad, sino que habrá desarrollado un gusto por aprender. Es como un archivador vacío en el que vamos colocando nuevas carpetas, así que las posibilidades de guardar elementos informativos son mucho más extensas. Y cuanto más le enseñemos (juguemos), más conocimiento reclamará. Y entonces habrá que enseñarle a autoaprender, que será decirle: ahora cuéntame el cuento tú a mí.

Para los educadores es una experiencia fascinante y divertida. En un sencillo pero inteligente libro titulado Juegos para hacer pensar a niños de 1 a 3 años, la educadora americana Jackie Silberg presenta una serie de actividades elementales para estimular el desarrollo mental de los más pequeños, con una preciosa dedicatoria que dice: "Este libro está dedicado a la capacidad de maravillarse y disfrutar de la vida que tienen los peques" Los juegos están clasificados por orden de edades. Por ejemplo, de 18 a 21 meses, algunos de los juegos propuestos son:

Muecas en el espejo
El gato y el ratón
Arriba y abajo
Cambiar la voz
El amigo imaginario
Palabras y más palabras
Quiero mucho a una persona
Hablemos y cantemos
Salta y brinca
Los animales hablan
¿Dónde estoy ahora?
El escondite inglés

El cerebro crece a una velocidad extraordinaria los primeros años de la vida humana: es un momento excepcional que hay que aprovechar porque no volverá a repetirse en la vida. Y en efecto: ¿dónde invertir mejor que en la educación de los niños que son el futuro más inmediato? Sólo hay que fijarse en que los países que destinan más recursos a la educación son los más avanzados del mundo. Las experiencias de la primera infancia tienen un impacto definitivo en el cerebro, determinado por unas conexiones neuronales originales sobre las que se irán construyendo las sucesivas que posteriormente arraigarán sobre aquellas. Todo se aprende jugando.

Juegos envueltos en la magia del amor y las caricias. Será la base cognitiva sobre la que edificar una personalidad  de sensibilidad y conocimiento del ciudadan@ futuro, si es que creemos que la construcción de una sociedad culta, amable y solidaria todavía es posible.

















viernes, 29 de marzo de 2013

CON QUÉ PENSAR









El pensamiento racional, generado al parecer a partir de una finísima pátina que envuelve el cuerpo general del cerebro, es muy limitado, porque sólo puede procesar el cinco por ciento de la información que recibe. Por ello pasa la mayor parte del tiempo seleccionando lo que le parece esencial de la enorme masa de información entrante, que trata de analizar prescindiendo de detalles. Porque el cerebro como un todo, a través de los instrumentos perceptivos que son los sentidos, recibe constantes lluvias de información que se procesan y almacenan en esta gran masa inconsciente, donde quedan archivadas y se computan tranquilamente para la toma de decisiones posteriores.

¿Dónde toma el cerebro humano las decisiones? En el inconsciente. Cómo los cerebros animales, en base a la información retenida esto es, la experiencia. Antes de que el consciente haya determinado racionalmente si tú me gustas o no, el inconsciente ya lo ha decretado. Me gustas. Mientras tanto, va llegando lentamente esta conclusión al pensamiento consciente. No sé... Creo que me gustas, Sí, me gustas. Me gustas mucho, estoy segur@, me encantas.

Así que, puesto que las decisiones las tomaría el inconsciente en base a la enormidad de datos de los que dispone (o experiencia), durante el periodo de tiempo que tarda el resultado en llegar al consciente -como unos seis o siete segundos-, tendríamos el único momento mental en que podemos de verdad ejercer el libre albedrío. Porque al pensamiento racional  le cabe sólo en este instante la posibilidad de cambiar: de todos modos, no, gracias. O a pesar de todo, sí. O no me da la gana. O ahora, no. La mente nos lleva habitualmente a un fantástico y cómodo y a veces peligroso automatismo de tomar decisiones sin  pensar conscientemente: de hecho el 95% o más de nuestras actuaciones diarias son automatismos predeterminados. Sólo el 5% restante nos convierte en animales racionales.

Parece poco, pero este 5% nos ha llevado a conquistar el planeta, dominar los animales y la misma naturaleza, viajar a la luna, hablar instantáneamente con cualquier persona situada en cualquier lugar del planeta, volar por los aires y nadar por el fondo de los mares, desarrollar increíbles tecnologías para nuestro confort... Pero no es menos cierto que en el núcleo inconsciente anidan también los sentimientos y las emociones que son auténticos lastres o motores de los actos humanos. La verdad es que el cerebro dispone de muchos niveles con qué pensar aunque los dos más conocidos, popularmente, son: pensar con el corazón y pensar con la cabeza, y con ellos nos vamos a quedar ahora.

Pensar con el corazón es un maravilloso dejarse conducir por las emociones. ¿Maravilloso? ¿Dependerá la maravilla  de qué clase de sentimientos sean los que nos arrastren? ¿O acaso son igualmente maravillosas las emociones  positivas y las negativas? Sentimientos y emociones: ¿la pasión del amor? ¿la rabia de la envidia? ¿la compasión por los que sufren? ¿el odio por los que son distintos? ¿el amor de una madre? ¿la ilusión de un proyecto? ¿lo incierto de un resultado? ¿el miedo a lo desconocido? ¿El entusiasmo de un viaje? ¿El morbo de una película de terror? Pensar con la cabeza, en cambio, no suele resultar emocionante pero sí productivo: un cálculo lo más lógico y razonable posible, tratando de desprender de esta razón las emociones debilitantes. Aburrido aunque certero. Que hace progresar. Que empuja hacia adelante. Que encuentra soluciones. Que genera riquezas. Que instala sinergias. Pero sólo en la medida de lo posible, ya que emociones atrapadas y encerradas en el saco acaban surgiendo por las rendijas de la consciencia racional como lo hacen los hierbajos por los agujeros del césped artificial, y tienden a desviar el resultado en favor de la mente ilógico-impulsiva (que es la que tira más fuerte, que es la que nos hace errar pero que es la más divertida).

Y pues ¿cómo llegar a campeón@ de la vida? ¿Con el corazón o con la cabeza?

Con el corazón, con el corazón. Pero sin perder la cabeza.


















martes, 5 de marzo de 2013

CREACIÓN DE CIRCUNSTANCIAS




Decía una vez un pescador submarino en tono jocoso que siempre que había querido pescar un buen pez y llevarlo a casa para comérselo había tenido que estar en buena forma física, dominar la técnica de la apnea, sumergirse muchos metros, nadar por el fondo, esconderse detrás de las rocas y ser un buen estratega conocedor de los fondos marinos y de los movimientos y hábitos de los distintos peces. Y que en toda su vida, nunca, nunca, ningún pez había llamado a la puerta cuando él estaba mirando la televisión diciendo: hola! puedes pescarme si quieres.

Y aunque esto parezca sólo una divertida broma, esconde una gran verdad. La actitud de la mente perdedora es lamentarse, no hacer nada y esperar aburridamente que una extraña buena suerte la beneficie, sin más, con su aparición. Naturalmente, eso no ocurre jamás. Los peces no van a casa a beneficiar a ningún llorica perezoso. Aquel pescador, en cambio, ponía en marcha unas circunstancias que se materializaban en forma de oportunidades que depués hábilmente sabía aprovechar.

Una mente ganadora es un fabricante permanente de circunstancias, que son espacios donde fructifican las oportunidades. Las circunstancias creadas por el pescador ya han sido descritas. ¿Qué circunstancias podrá fabricar el comerciante, el deportista, el científico, el maestro, el empleado? Todas las que quiera. Si ama su profesión, usa su creatividad y está preparad@, las circunstancias creadas generarán oportunidades de diversos calibres. Sólo quedará aprovecharlas. Unas veces podrá ser y otras no. No hay que preocuparse: las circunstancias que se sigan creando se irán transformando en nuevas oportunidades.

La mayor parte de la gente cree que la suerte, o la buena suerte, es una especie de regalo que cae alguna vez del cielo sobre algún afortunad@ que no ha hecho nada para merecerla. Qué suerte ha tenido, exclaman entre asombrados y envidiosos. Pero el campeón@ sabe que, si tal cosa como la suerte existe, la única con la que cabe contar es la fabricada por un@ mism@: el resultado de haber plantado algo en el terreno preciso en el momento correcto.