sábado, 21 de abril de 2012

FABRICANDO ACCIONES MENTALES






La mente puede fabricar cualquier cosa que se proponga y luego darle vida, primero mental, luego material.

Es sorprendente. Casi todo el mundo lo hace inconscientemente de una u otra manera, pero generalmente de modo muy disperso. Hay que hacerlo de forma sistemática y continuada. Por ejemplo, la mujer que quiere tener un hij@ pone en marcha un contingente de fuerzas mentales de tremenda potencia: deseo, instinto reproductor, amor, ilusión... Construye con la imaginación un cuadro mental del bebé nacido y lo envuelve en tules de cariño, de besos y ternuras incondicionales que se acabará materializando inexorablemente. Quizá no será exactamente como lo había pensado en forma y en tiempo (los pensamientos navegan por fuera del espacio-tiempo y, en la materialización, no siempre coinciden con lo previsto), pero ocurrirá. Probablemente esta capacidad de la mente ha hecho que la raza humana prolifere por encima de las demás y domine el planeta.

Una mente ganadora fabrica todo el tiempo acciones mentales como ésta. Forma una banda musical, gana una regata importante, se casa y crea una familia, consigue un trabajo, escribe un libro, construye una casa, viaja alrededor del mundo, supera una enfermedad, monta un negocio, obtiene una beca: son acciones mentales previas que, bien diseñadas y planificadas a partir del concepto mental, conducen al objetivo.

Lo mejor es fabricar mentalmente un auténtico guión, como si fuera el de una película; ver la película todos los días para asentarla en la mente y luego trabajar muy activamente cada una de las secuencias hasta llegar al "The End" deseado. Es tan fácil y divertido como ir al cine, pero el trabajo de rodaje material que le sigue tiene que ser duro o muy duro. Es conveniente envolver la película en emociones positivas (ilusión, música, entusiasmo, amistad...), que son las vitaminas por excelencia de la voluntad.

Al poco tiempo comprenderá usted -si no lo sabía ya- que en realidad su vida misma es una película global de la que usted es el productor@ pero de la que a partir de ahora, si quiere, va a ser también el director@. Una película sin límites de ambición ni de presupuesto.












¿Le gustó este post? Comente su propia vivencia con Charles Bennet si así le place.


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