Para alcanzar cualquier objetivo, para correr cualquier carrera, para ganar cualquier concurso, para triunfar en cualquier declaración de amor, para conseguir cualquier crédito, para cerrar cualquier negocio, para crear cualquier familia, para vencer cualquier enfermedad, para montar cualquier empresa, para convencer en cualquier presentación, para ganar cualquier partido, para obtener cualquier trabajo, para triunfar en el arte, la ciencia, la política, la sociedad o el deporte, se necesita energía vital.
La energía vital la tiene cualquier ser vivo en mayor o menor grado. Pero un buen ganador la atesora sistemáticamente y le viene especialmente bien antes de cualquier reto.
Hay infinitos métodos para relajarse, desde visualizar en la mente cada músculo del cuerpo ordenándole que se relaje y viéndole (en la mente) relajarse, hasta soñar con una mar infinita por la que se navega dulcemente o escuchar una pieza de Wolfgang Amadeus o Johannes Sebastian sentado en un sillón. Lo que importa no es el método (que es individual y cada uno deberá encontrar el que resulte más adecuado) sino alcanzar sin dificultad este estado más o menos beatífico conocido popularmente como ensimismamiento.
Una vez en este estado los métodos pueden ser asimismo variables, pero nuestro campeón virtual practica el siguiente: empieza por respirar lentamente. Inspiración que dura cuatro segundos, espiración que dura cuatro segundos. A cada inspiración se imagina capturando energía que está en el tejido del espacio cuántico a su alrededor. A cada inspiración, nota que la energía vital le penetra por todos los poros de la piel y se queda dentro. Cada vez que espira, elimina neuras y energías negativas y oscuras que subsisten en el cuerpo. La secuencia dura cinco minutos.
Sin cambiar de posición sigue respetando la cadencia respiratoria, y ahora levanta los brazos hacia el cielo donde visualiza la brillante energía del cosmos, y los mueve formando una bola gigante que luego va aprisionando entre las palmas de las manos hasta que quedan separadas diez centímetros la una de la otra. Siente en las palmas el calor de la energía durante quizá un minuto. Luego pasea las palmas cargadas de energía sobre su cuerpo (diez centímetros de distancia) o las coloca concretamente sobre el lugar que más lo necesite: el corazón, el cerebro, el sexo, etc. Repite las dos secuencias (captura y donación) las veces que crea oportunas. Cuando ha terminado sigue descansando (a veces incluso durmiendo) un periodo indeterminado de tiempo. La energía vital así atesorada es de efecto inmediato. Naturalmente, y para conseguir un efecto acumulativo y permanente, repite las secuencias todos los días.
Hay personas que literalmente han vuelto a la vida con éste o similar método. La energía vital debería ser la base inicial de cualquier proyecto ganador o sanador. Efectivamente, los resultados más espectaculares son los conseguidos con personas enfermas (que bajo ningún concepto deben cancelar el tratamiento médico que están siguiendo, sino potenciarlo con esta nueva energía recibida)
Otro magnífico sistema de capturar energía vital es la integración total con el mar. Flotando en el agua, en un lugar tranquilo, mejor con unas gafas y un tubo de snorkel, se mete la cabeza en el agua y se abren los brazos y piernas mientras se contempla el gran azul. Hay que quedarse así, flotando, libre de gravedad, mientras se siente la energía del mar penetrar por cada uno de los poros de la piel, por la frente, por la cabeza, por las extremidades: la energía del mar penetra a la vez por todo el cuerpo físico. Hay que dejar la mente libre para que interprete su propia concienciación e integración con el medio marino y se armonice con el ritmo del mar.
Hay más métodos, igualmente eficaces si la mente los adopta como suyos. Por ejemplo: descalz@ sobre la tierra abrazarse a un árbol, que es como una fuente que recauda energía de más arriba, del sol, del aire, de la lluvia. Al poco tiempo se empieza a notar esa energía, que fluye de arriba a abajo por el árbol, circular también por nuestro cuerpo. Cada un@ puede descubrir fuentes y usarlas como elemento de captura energética. Y puede compartirlo con los demás.
LA ENERGÍA VITAL MUEVE EL UNIVERSO Y A TODOS SUS HABITANTES
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