sábado, 18 de junio de 2011

MATRIX



















En 2199, parece que el mundo no es más que una simulación virtual en la que las máquinas, herederas de la inteligencia artificial creada por el hombre, han conseguido dominar a sus creadores y los mantienen presos de una ilusión colectiva conocida como Matrix. La única esperanza de un grupo de humanos todavía conscientes es una especie de mesías o "elegido" que deberá liberar el mundo de sus cadenas cibernéticas.

El original argumento de la excelente película de los hermanos Wachowski quizá no sea intrínsecamente tan original, puesto que se trata efectivamente del conocido argumento de la redención de un pueblo por un salvador. Pero ahora es el género humano entero simbolizado en la ciudad virtual de Zion (una simulación social que representa la vida de finales del siglo XX con sus habitantes mantenidos en una suspensión mental manipulada). Las máquinas utilizan a estos humanos sin consciencia para obtener energía de ellos.

Algunos cosmólogos de hoy han llegado a plantear seriamente la extraña posibilidad especulativa de que nuestro universo sea un programa informático administrado por una civilización inmensamente superior (lo cual resolvería de golpe una infinidad de problemas de la física y de la cosmología actuales), o piensan que si nuestra civilización llega a alcanzar un grado de desarrollo y sabiduría asimismo inmensamente superior nosotros acabaremos creando y administrando uno o varios de estos tipos de universo.

Le hablé una vez a un monje budista amigo de esta idea y se quedó pensativo. Luego se rió. "Bueno, eso es lo que explica nuestra religión", me dijo. "¿Ah, sí?" respondí extrañado. "Sí, verás: existe un plano espiritual o búdico propietario de la sabiduría que piensa y simula un mundo de ilusión, limitado y espeso, que es el mundo de la materia, para prácticas de sus miembros en ese estado material." "¿Prácticas de qué?" pregunté asombrado.
"De emociones, de sentimientos, de autocontrol, de bondad y maldad. Es lo que necesitan los espíritus para progresar. Su instrumento es la mente. En la medida que eres dueño de la mente lo eres también de la materia."

Entonces me quedé yo pensativo. Tan pensativo, que todavía estoy pensativo.






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