miércoles, 5 de octubre de 2011

TANIT
















LAS SACERDOTISAS de la diosa han sido veladas.
Pero la diosa sigue existiendo en el interior profundo de la mente, porque ella está hecha de la substancia trascendente de la materia y del cosmos:  la esencia de la psique humana y del tiempo eterno.

Era un atardecer con el sol colgado sobre Es Vedrà. Habíamos estado pescando todo el día bajo el agua de s'Espardell, y ahora descansábamos los tres amigos en la arena blanca de la caleta solitaria de Sa Torreta, en el islote de s'Espalmador, al abrigo del mar y del viento, Eivissa durmiendo en la suave bruma del norte, Formentera a mediodía.

De repente el paisaje se inmovilizó y el mar era lila, y el sol era verde y el cielo naranja. Y fue cuando, de entre las savinas, apareció. Completamente morena, completamente desnuda, andando despacio, la cascada negra de su cabellera recortándose sobre la luz. Bella, viva, animal hembra. Atravesó la estrecha franja de la playa, se detuvo un instante al borde del agua y giró la cabeza hacia nosotros.

-Tanit -murmuramos al unísono, sin aliento.
Entonces ella sonrió y se fue metiendo en el espejo del agua extática hasta desaparecer.



foto: Fabrice Delage (c)2005

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