lunes, 28 de noviembre de 2011

LA ENERGÍA DEL VACÍO




    ESTÁ EN TODAS PARTES



Si, desde un estado relajado, usted dirige las palmas de las manos al cielo y las mantiene así un par de minutos, empezará a notar un calorcillo. Luego las junta hasta una distancia de unos diez o quince centímetros la una de la otra,  y en seguida notará bastante calor. Este calor acumulado es energía, que usted ha capturado del espacio. Ponga ahora las palmas (siempre a una distancia de diez centímetros) sobre aquello a lo que usted desee transferir esta energía: su propio rostro (su persona), una rodilla que le duele, la frente (la mente), la persona amada, un bebé enfermo, la foto de una tienda que acaba de montar o de una casa que acaba de alquilar, un rosal que parece languidecer, un canario que canta poco. Naturalmente deberá hacerlo de manera repetida durante un periodo de tiempo dependiendo de la dificultad de lo que quiera conseguir y los resultados, en la gran mayoría de los casos, le sorprenderán muy gratamente. Una mujer con problemas de fecundidad (que yo conozco) utilizó esta técnica poniendo las manos sobre su vientre cada día durante tres meses y hoy tiene una preciosa hijita. Conozco también varios casos de curación de cánceres (naturalmente sin dejar de recibir tratamiento médico). ¿Verdad que es sencillo? El universo está lleno de energía: el universo es energía. La enorme masa del universo, multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado, sería la energía total estimada: E=mc2 ; una cifra que tiende a infinito.


Un átomo es una magneto: un sistema planetario móvil que genera energía. Como todos los cuerpos están formados por átomos, todos los cuerpos tienen energía que emiten en forma de magnetismo. Los humanos también somos magnéticos y por eso también podemos absorver y generar energía (véase el aura). El planeta Tierra, además, gira sobre sí mismo y es una magneto gigante. No digamos ya Júpiter. El propio sistema solar es una magneto colosal, que gira alrededor del centro de la Vía Láctea. Las galaxias son magnetos descomunales: la energía está en todas partes, y también en el tejido del espacio o vacío. Según el científico Werner Heisenberg el vacío es un sistema inestable donde las partículas elementales fluctúan, creando un Principio de Indeterminación. Entonces, la textura misma del espacio sería deformable y sufriría fluctuaciones cuánticas con partículas que se crean y se descrean. La manifestación de esta energía del vacío tiene así lugar por la aparición de pares como por ejemplo electrones y positrones, y la energía implicada en la aparición es de un millón de electronvoltios en cada uno de los pares. Después de un tiempo brevísimo este par se aniquila y el sistema recupera su estado inicial. El proceso se repite ad infinitum a la velocidad de la luz. El vacío vibra de energía o "ronronea". Muchos cosmólogos creen que la existencia del universo material puede derivarse de una fluctuación cuántica de inimaginable densidad energética. Algunos grandes maestros orientales del pensamiento perciben la fluctuación cuántica como "la puerta" de la existencia espiritual a la material.


Sea como fuere, lo cierto es que hay una energía ahí desde siempre, conectándolo todo, como una fruta madura que puede recogerse. Unos la llaman energía vital; otros conciencia cósmica, archivos akhasicos, prana... lo importante es que la mente, en el pensar y el imaginar, se conecta a ella, se nutre de ella, se tranquiliza con ella. Es lo mismo que hacemos físicamente con el sol: nos tumbamos desnudos y dejamos que nos vitalice. Pero el sol es "sólo" una estrella que emite energía cerca de nosotros, mientras que la energía del vacío cuántico da vida y movimiento a todo un universo.



Sintonizar la mente con este fenómeno es decir, ponerla a vibrar en su frecuencia, resulta en una extraña vitalización, en una paz inalcanzable de otro modo, en una sabiduría infusa que no admite razonamientos. Puede que sea porque la mente
es parte de esta esencia "ronroneante" del vacío cósmico o también, como algunos creen, porque esta esencia no es más que el pensamiento de un Dios en el acto de amar todo lo que ha creado.




                                   
                                   




 

Lectura recomendada:
Quantum Entrainment
Frank Kinslow
Editorial Srio

miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL CAMPEON MÁS GRANDE




Si alguien piensa que las dificultades con las que tiene que luchar o el nivel de lo que le exige la vida son excesivos; si alguien todavía duda de la capacidad de la mente humana para conseguir lo que quiere; si alguien sufre por las calamidades a las que debe enfrentarse, o no se ve con energía para afrontar la tragedia o la soledad, es conveniente que se fije en el hombre de la fotografía y sopese la posibilidad de tomarle como modelo de comportamiento. Porque él es un gran campeón. Porque él es un líder en uso de su inteligencia. Me declaro  rendido admirador de aquellos políticos -pocos- que han sido capaces sólo con su mente y su trabajo, sólo con la fuerza que da sentirse al lado de la verdad y de la voluntad popular, sin revoluciones violentas y con total serenidad y estoicismo, liberar a millones de ciudadanos oprimidos, restaurar la justicia, y hacer que el bienestar y la libertad les alcance. En el siglo pasado, paralelamente a jefes de gobierno paranoicos y delirantes, agresivos, chillones, incompetentes o fatuos ha habido varios líderes así, y el mundo en su globalidad cambió y dió un paso adelante gracias a ellos. Grandes campeones, sus victorias sobre el odio y la intolerancia han sido las de todos nosotros.

Personalmente pienso en Mandela, Gorvatxov, Kennedy y Gandhi, que a pesar de sus errores políticos, lograron mejorar efectivamente el mundo de la segunda mitad del siglo XX, y muchos millones de personas fueron liberadas de su situación de opresión después de los disparates apocalípticos de las guerras mundiales, del apartheid, del colonialismo, de la discriminación racial y de la conculcación de los derechos humanos. Ya sé que queda una inmensidad por hacer, pero no es menos cierto que estos cuatro políticos consiguieron cambiar para bien el destino de muchísimos seres humanos: el desmontaje del régimen soviético, el fin del apartheid en Sudáfrica, la ley de derechos civiles en Estados Unidos, la independencia de la India. Dos de ellos murieron, cómo no, asesinados.

Nelson Mandela es mi campeón favorito. Mi admiración por él viene, no sólo de su capacidad de lucha y su resistencia frente a las adversidades (como pasarse ventisiete años en la cárcel dirigiendo el movimiento pro igualdad de derechos), sino precisamente por la increíble fortaleza mental que se requiere para no perder de vista los objetivos que se persiguen, años y más años inmovilizado entre paredes, no sabiendo si tus camaradas siguen confiando en tí o tu mujer y tus hijos todavía te quieren o piensan en tí. Y más: haber ganado la lucha desde la prisión, con el presidente del país pidiéndote por favor si querrías negociar, y hacerlo en el despacho presidencial vestido de presidiario pero con tal nivel de dignidad y carisma que las personas allí reunidas comprenden en seguida que están en presencia del próximo presidente de una Sudáfrica democrática e igualitaria.

Es muy buena idea tener un campeón@ o ídolo  del que imitar el oficio. No es necesario que sea un personaje histórico de abasto mundial; muchas veces puede tratarse de alguien próximo o incluso de un familiar. Del mismo modo que si se quiere aprender a esquiar debería mirarse sistemáticamente sólo a los que esquían bien (el subconsciente tiende a marcar patrones automáticos de comportamiento a partir de los modelos que se le proponen regularmente), un artista o empresari@ o profesional o estudiante debería encontrar un admirad@ imitable a partir del cual ir construyendo el proyecto propio. Luego, cuando ya se ha levantado el vuelo, se puede buscar uno mejor o empezar a ser modelo para otros, especialmente jóvenes. Así se suceden las generaciones de profesionales y así se constituye el progreso según creo.                       

Y el señor Mandela, ahora retirado, sigue disfrutando a sus noventa y tres años del respeto universal y del agradecimiento de tanta gente que le debe su libertad. Conserva la elegancia y su tremendo carisma. Su antigua cárcel es un museo que cada año miles de sudafricanos y personas de todo el mundo visitan con reverencia.





links:
www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mandela.htm















lunes, 21 de noviembre de 2011

MUSICA PARA AMPLIAR LA MENTE

PUEDES ENCONTRAR LA SIGUIENTE MUSICA EN
YOUTUBE PERO MEJOR

INTENTA ESCUCHARLA EN ALGÚN SOPORTE DE ALTA CALIDAD DE SONIDO

PORQUE LA MÚSICA ES UNA CARICIA PARA LA MENTE Y LAS CARICIAS (COMO LOS BESOS)
DEBEN SUMINISTRARSE
EN LA MÁS ALTA CALIDAD POSIBLE








PARA ADULTOS:

Ravel, Maurice                            Bolero
Gershwin, George                       Rhapsody in Blue
Bizet, Georges                            Los pescadores de perlas
Sibelius, Jean                              Finlandia, opus 26
Mahler, Gustav                           Sinfonía nº 5


PARA NIÑOS

Barber, Samuel                          Agnus Dei
Mozart, Wolfgang Amadeus       Concierto para clarinete
Chopin, Frédéric                        Nocturno nº 2
Bach, Johannes Sebastian          Air Suite orquestal nº 3
Mozart, Wolfgang Amadeus       Concierto para piano nº 21






sábado, 19 de noviembre de 2011

MY TAYLOR IS RICH


    A new language, a new world.



¿SABE CUÁNTOS IDIOMAS SE HABLAN EN EL MUNDO?

Parece una pregunta de concurso televisivo. Nadie lo sabe con exactitud, pero las estimaciones de los profesionales de estas cosas son de entre tres y cinco mil. Sin contar con la infinidad de dialectos de transición, que son los padres y los hijos de las lenguas. Sin contar con las extinguidas. De pequeños, en  colegios religiosos, nos presentaban este hecho como la consecuencia de un castigo divino (La Torre de Babel). Y sin embargo siempre he creído que ha sido la mayor de las bendiciones -divinas o no- de la humanidad. Me explico.

Las manifestaciones realmente tangibles de una identidad cultural son solamente dos: la lengua y la gastronomía, alrededor de las cuales se aglutina un pueblo o nación que aparece ante el mundo como tal. Todas las demás materias son, digamos, derivadas y entremezcladas, como el atuendo, la filosofía o la danza. Y ¿qué mayor regalo divino que la diversidad; qué mayor y maravilloso divertimento colosal puede existir para el desarrollo del pensamiento y de la inteligencia que la enorme sorpresa permanente del descubrimiento de una cultura diferente de la de un@ mism@? Me interesa mucho más lo que nos separa que lo que nos une, dijo ahora no sé quién. Yo opino lo mismo. Quiero enseñarte mi cultura y quiero conocer la tuya, pero por favor no nos unifiquemos porque la unificación es una resta cultural, un poti-poti amorfo, chau-chau de colores, mestizaje de pastelería planetaria. Como en pareja, te quiero mucho, pero tú eres tú y yo soy yo. Estar unido a otros no debe implicar renunciar a lo identitario. Fronteras no, pero diferencias, todas. Está bien ser universal pero no hay que dejarse universalizar. Porque no olvidemos que el sueño final de los gobernantes del mundo es la estúpida unificación de los pueblos para una fácil administración, y disponer así de grandes mercados de consumidores masivos compuestos por ciudadanos indiferentes, escépticos o inconscientes que compren, voten cada cuatro años y no molesten.

La lengua es el auténtico milagro evolutivo de la especie humana. Ver como un niñ@ adquiere la lengua y va incorporando las estructuras lingüísticas a su cerebro ya a partir del primer año, ver como comprende las palabras y reacciona ante ellas, ver como expresa sus sentimientos con pequeñas frases o cómo va aprendiendo a construir sintagmas es asombroso y emocionante. Pero además es decisivo. Es a través del lenguaje que este ser construirá su futuro, comunicará con los demás, desarrollará proyectos, amará y, en general, vivirá la vida. Lengua, cultura y persona son una misma realidad a la que llamamos identidad.

Cada vez que aprendemos una lengua, nos abrimos a un mundo nuevo. Parece que el hipotálamo cerebral crea una sección específica donde las conexiones interneuronales se refuerzan en relación a esta información recibida (es decir, pensada) y al número de veces que esta información ha sido recibida (redundada) a partir de contextos desiguales. Este mecanismo produce la comprensión, la asimilación en la consciencia y su eventual archivo en la subconsciencia. Un auténtico bulto neuronal específico para cada lenguaje. Si el sujeto aprende otro, un nuevo bulto totalmente diferenciado se formará al lado(?) del anterior y así sucesivamente. ¿Hay áreas comunes? Probablemente sí, que se benefician por ejemplo de las estructuras gramaticales y construcciones sintáxicas similares de las lenguas de un mismo grupo. ¿Hay confusiones y mezcla de lenguas? Raramente. La mente tiene bien diferenciados los archivos lingüísticos. Puede que alguna vez se solapen un poco, pero eso es todo.

Constatar este desarrollo en los niños bilingues es una maravilla. Ver como un niñ@ de dos o tres años se expresa (con el vocabulario propio de esta edad) indistintamente en dos lenguas es emocionante. Los niños bilingues van a tener de mayores mucha más facilidad para aprender nuevas lenguas, porque el cerebro tiene ya asumido desde pequeño la variabilidad expresiva. Y no sólo lenguas. El ejercicio mental ha sido el doble del de los niños monolingues, y por tanto su cerebro ha desarrollado más superficie cognitiva. Es como si al armario de la mente se le hubieran puesto más perchas donde colgar  conocimiento. En un reciente estudio de neurólogos canadienses, se concluye entre muchas otras cosas que las personas bilingues tardan cinco años más en desarrollar alzheimer (si lo desarrollan) que las monolingues.

Los niños aprenden lenguas con una facilidad pasmosa por varios motivos. Uno, porque tiene un cerebro limpio que lo captura todo. Dos, porque todas las palabras y expresiones les vienen contextualizadas es decir, oyen el lenguaje, ven la situación, tocan el objeto, huelen los espaguettti y se emocionan positiva o negativamente con la interacción. Tres, porque su sistema de aprendizaje es la imitación sin cuestionarse de los adultos. Y todo el proceso es automático. A partir de los diez, once años, estas habilidades van menguando en favor de un aumento del sentido crítico, de la consciencia, del preguntarse por qué. Hay adultos que conservan bastante bien alguna de estas características y tienen facilidad para las lenguas (sobretodo si parten de dos nativas en lugar de una). Hay otros que resultan sorprendentemente inútiles, a menudo los que tienen como nativo uno solo de los grandes e indiscutibles idiomas mundiales. Y todas estas capacidades/incapacidades lingüísticas tienen curiosamente poca dependencia del nivel de inteligencia o la dotación intelectual del individuo.

¿Quién decide qué es una lengua? El criterio antiguo es que el idioma en cuestión debía acreditar una historia y literatura propias y unas variedades dialectales identificables (de las que había derivado el idioma o hacia las que se estaba encaminando el idioma) para ser declarado como tal. A veces estas constataciones aleatorias  molestaban a algunos políticos y otras gentes a las que les debía parecer más respetable hablar un idioma que un dialecto (personalmente siempre he considerado más interesante pertenecer a una minoría que a una mayoría, pero los que pensamos así somos justamente una minoría) y así se han intentado cosas tan absurdas como inventar o cambiar el nombre de idiomas para adaptarlos a una supuesta comunidad nacional. Pero bien: el idioma o el dialecto es el que es y se llama como se llama, y así vemos como los estadounidenses no tienen ningún reparo en decir que hablan inglés o los austríacos que hablan alemán. Yo creo que el bonito idioma en el que estoy escribiendo esto se llama castellano, aunque veo que muchos prefieren llamarlo español. Por mí, encantado, pero no creo que sea correcto desde el punto de vista lingüístico. De todos modos lo importante no es el nombre sino la vehiculación del pensamiento en un soporte lingüístico-cultural propio y luego ser capaz de transferirlo a un código totalmente distinto como es otra lengua (y vaya aquí mi personal admiración por los traductores simultáneos cuya labor fabulosa es de las menos reconocidas). No hay mejor ejercicio cerebral para mantener despejada y activa la mente que aprender un idioma. Con la gran ventaja que supone ampliar la propia área de comunicación, por ejemplo: si usted aprende inglés podrá comunicarse potencialmente con quinientos millones de nuevas personas (con las que hasta ahora no podía ¿le parece poco?), y se le abrirán las puertas de un universo que era inaccesible para usted: la barrera idiomática ha caído, el Stargate ha funcionado.

El título del presente artículo es la exótica primera frase de un método para aprender inglés de mediados del siglo pasado, donde se veía el dibujo de un perfecto gentleman con un traje impecable haciendo esta afirmación. Posteriormente se hizo famosa  por su carga de intención subliminal sobre trajes, precios y modo de vida inglés. Pasada esta primera sorpresa en clase, el profesor miraba severamente la vestimenta casual y arrugada de los pobres alumnos y preguntaba a uno:

-Is your taylor rich?
-No, he is not -contestaba el alumno, meneando la cabeza, un poco avergonzado.




Recomendaciones:

JOAN COROMINES I VIGNEAUX,   filólogo y etimólogo.
Barcelona, 1905,  Pineda de Mar 1997

Obra:
Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana
Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico
Diccionari etimològic i complementari de la llengua catalana
Onomasticon Cataloniae

link:  http://www.fundaciocoromines.cat/










domingo, 13 de noviembre de 2011

DIME QUE NO ES VERDAD






Mi nombre es Megan Roberts y he sobrevivido al cáncer.

Hace siete años me diagnosticaron un cáncer de mama de nivel 2, algo que nunca imaginé pudiera ocurrirme a mí. Aunque lo sepas por amigos, aunque te lo hayan advertido: cuando oyes el veredicto de los doctores te suena a sentencia de muerte. Supongo que es muy humano interpretarlo así. Recuerdo haber conducido hasta mi casa en la tarde-noche urbana y lluviosa, las lágrimas corriendo abajo por las mejillas, dentro de una nube negra de presagios, bordeando el pánico.

Lo compartí en seguida con mi marido, y vi cómo sus ojos se humedecían. No dormimos esa noche. La pasamos tendidos sobre la cama, cogidos de la mano, tratando de asumir la noticia. No quiero morir, Jack, le dije. Los niños dormían en la habitación de al lado.

Cuando se hizo de día me levanté y preparé café. Era sábado y los niños dormían todavía. Jack se sentó conmigo en la cocina y tomamos café en silencio. Luego me miró a los ojos y me dijo: Megan, la batalla empieza hoy mismo y vamos a pelear juntos. Me sentí tranquilizada. Yo sabía que él era un luchador. Jack se metió en Internet y empezó a recolectar información y, muy propio de él, a las dos horas había recopilado una auténtica enciclopedia. Un dossier de más de cincuenta páginas. Me lo mostró y, meneando la cabeza, dijo: ahora tendremos que estudiar todo esto. Pero te avanzo un primera conclusión: tenemos mucho tiempo. Practiquemos la serenidad.

Un par de días más tarde los oncólogos me propusieron un tratamiento de radioterapia de última generación. Los efectos secundarios son mínimos y las modernas máquinas focalizan con una precisión extrema, evitando así dañar áreas colaterales. Me sentí reconfortada con su propuesta. Me advirtieron que era muy importante lo que ellos llamaron "un espíritu positivo por parte del paciente". Yo ya sabía a qué se referían.

Jack me lo contó. El tratamiento que vas a seguir es magnífico, pero creo que deberíamos reforzarlo con los ejercicios mentales adecuados, y tengo listados varios programas para conseguirlo. Porque, según lo que he visto, la curación completa debe actuar sobre dos vertientes: una que viene del tratamiento médico y otra que se encuentra en los mecanismos cerebrales del propio paciente. Además yo puedo ayudarte, porque dos mentes pensando la misma cosa se potencian entre ellas de manera extraordinaria. Era evidente que Jack se había puesto al día y sabía de qué hablaba. Yo estaba todavía muy asustada, frustrada, deprimida. Lo primero era cambiar esto, borrar todos los sentimientos negativos de mi mente sustituyéndolos por otros positivos y llenos de energía. Elegimos cuidadosamente qué nuevas actitudes queríamos para implantarme: valentía, audacia, dominio. Marcamos dos momentos del día para trabajar sobre la mente: dos sesiones de veinte minutos a las nueve de la mañana y a las nueve de la noche. Decidimos que el programa mental duraría exactamente lo mismo que el tratamiento médico, trenta y cinco días. Lo comenté con el médico y me felicitó: ojalá todos los pacientes tuviesen el buen sentido de apoyar lo que nosotros hacemos aquí acoplando positivamente su mente a ello. La efectividad del tratamiento se duplica, porque la persona completa es una combinación de biología y mentalidad.

Ahora que lo comprendía me parecía increíblemente evidente. No describiré la técnica en detalle, pero sí diré que al cabo de una semana las nuevas actitudes sembradas en mi mente empezaron a florecer. Me sentía más segura de mí misma; ir a radio en el hospital se había convertido casi como ir al gimnasio, donde acudía vestida con chándal y zapatillas deportivas; bromeaba con el amable equipo médico y deseaba volver a casa, tumbarme al lado de Jack en la cama, relajarme completamente y convertir las palmas de mis manos en una modernísima máquina mental de la más alta tecnología que, convenientemente situada sobre el tumor, irradiaba energía lumínica e iba destruyendo una a una las células cancerígenas. Y lo más maravilloso: sentía la fuerza de la mente de Jack combinándose con la mía, multiplicando la potencia curativa; y luego veía las células malignas muertas salir de mi pecho y alejarse flotando hacia arriba. Me sentía liberada, cada día más liberada. Y un día, hacia el final del tratamiento le dije a Jack: ¿sabes? yo estoy curada. Lo sé. Lo puedo sentir. Y sonreí, mientras veía otra vez como sus ojos se humedecían.

Me ha parecido que tenía que compartir esta experiencia con gente a la que quizá un día pueda serle útil. No estoy hablando de milagros, sino de una extraordinaria forma de potenciar los efectos curativos de la moderna tecnología médica sobre las enfermedades malignas. La mente es una herramienta poderosa. Es un privilegio de todos los seres humanos.

En los controles de los meses posteriores los diagnósticos fueron que no había rastro de cáncer. Han pasado siete años y me siento mejor que nunca. Quiero a mi marido y hace un mes que mi hija mayor tiene novio. Un abrazo.
Megan.





Testimonio real.
Los datos personales han sido modificados.









  
       














miércoles, 9 de noviembre de 2011

EJERCICIO DE COMPOSICION

Mi amigo Mel Barclay, maestro de un colegio de niños de Ealing, en Londres, que sabe de mi fascinación por el funcionamiento de los cerebros infantiles, me manda un correo electrónico con un adjunto que es una joya y que traduzco a continuación, escrito por un alumno suyo de ocho años:

JEAN GRIFFITH. SEGUNDO GRADO. EJERCICIO DE COMPOSICIÓN.
UN DÍA EN EL BALLET    El lago de los cisnes

El verano pasado fuimos un día por la noche toda la familia a ver una cosa que se llama el ballet que es un baile que no se baila en las discotecas pero que a mi madre le gusta mucho. Primero no había nadie en el teatro pero en seguida empezó a llegar la gente y la orquesta de repente empezó a tocar a toda castaña. Entonces se abrieron las cortinas y se veían unas montañas y un lago y una luna pintada y unos cisnes pintados y entonces salió corriendo una señora que casi no llevaba ropas pero llevaba una falda hecha con vendas y empezó a bailar y daba muchas vueltas encima de un pié sin caerse y entonces salió un señor corriendo que no llevaba pantalones pero llevaba calzoncillos largos blancos muy apretados. Cuando vio a la señora se fue corriendo hacia ella y la cogió por la cintura y la levantó tan alto que ella no tocaba con los piés en el suelo y entonces el señor la tiró muy lejos. Ella cayó de piés en el suelo por suerte y trató de escaparse claro pero el señor corría más rápido y en seguida volvió a atraparla. Esta vez como figuraba que estaba muy enfadado con ella el señor le dio muchas vueltas por encima de su cabeza para abajo y después la levantó y la tiró muy lejos. Entonces salió corriendo otro señor y miró a los dos y también para atrapar corriendo a la señora. Entonces salieron muchas señoras vestidas blancas y bailando todas con traje de vendas y haciendo las mismas cosas a la vez. Entonces la música se acababa y cerraron las cortinas y todo el mundo aplaudía mucho y después fuimos al Burger King y nos comimos una salsicha con ketchup. Fin del ejercicio de composición.


La mente de Jean Griffith interpreta una realidad de primer plano expresada en un delicioso lenguaje infantil, que es una realidad (anterior al simbolismo emocional) en la que se quedan muchas mentes adultas. A Jean Griffith nadie le ha explicado que el ballet es una forma de contar historias utilizando el movimiento del cuerpo. ¿Cómo despertar la sensibilidad en un niño que aparentemente no la trae consigo?

Según la Asociación Mundial de Educadores Infantiles la sensibilidad, que es la capacidad para captar valores estéticos y morales, está "muy concatenada con los procesos afectivos y no puede trabajarse en forma pedagógica directamente sino con actividades que en su base promuevan el afloramiento de sentimientos. Ha de enseñársele al niñ@ a emocionarse por las cosas bellas, crear amor a la música, a la creación plástica, a un cuento literario". Y esto ha de comenzarse, como tantas otras cosas, en el periodo preescolar: emocionarl@ con el cuento de "Bambi", con el perfume de una flor, con la música infantil, con un poco de miedo a los fantasmas o al lobo feroz... trabajar las emociones más finas con el "mira qué bonito" como herramienta de precisión. Porque así el niñ@ preescolar incorpora rápidamente en la mente los conceptos me gusta (me emociona positivamente) me disgusta (me emociona negativamente) que le enseñan a posicionarse y sentarán la base de la finura de las apreciaciones adultas posteriores.



A muchos adultos nos vendrían bien, si existieran, ejercicios para desarrollar la sensibilidad. Probablemente  no seríamos tan radicales en nuestros juicios y sí más emotivos en la percepción. Quizá de esta manera el mundo fuera un poco menos hostil. Quién sabe. En todo caso, Jean, amiguito, sería interesante volver a ver esta representación con un aficionad@ al ballet que te fuera susurrando al oído el simbolismo expresivo de la historia y sus complejidades plásticas. Barclay, my friend, quizá podrías ser tú mismo.


links: www.waece.org/webpaz/bloques/PDF/sensibilidad.htm




martes, 8 de noviembre de 2011

EL PENSAMIENTO NEGATIVO


Es sabido que los niños pasan por una etapa en la que siempre contestan "no" cuando se les pregunta cualquier cosa (probablemente porque han fijado la palabra que más les dicen los adultos) Un día le preguntaron a uno:

-¿Tú siempre respondes que no?
-No -respondió el niño.

Puede hacer gracia, pero si lo pensamos bien veremos que decir "no" resulta con frecuencia positivo. Negar la negación es positivo. El pensamiento positivo está lleno de negaciones de todo lo negativo: no a la pobreza, no a la ignorancia, no a la corrupción, no al terrorismo... El pensamiento negativo en cambio es la negación de lo positivo, pero sobretodo es un intento de deconstrucción sistemática de las acciones o ilusiones constructivas de los demás. Es una oposición permanente no fundada en argumentos, sino tan sólo en rabia, envidia o vaya usted a saber qué profundos sentimientos enredados en los vericuetos del alma humana. Muchas veces es simplemente la frustración que le produce al negativo la presencia de un ser que aparentemente resuelve y construye con facilidad dejándole -según su propia apreciación-, en evidencia.

Convivir con personas negativas es un horror. No se puede estar luchando contra el temporal y al tiempo con el marinerit@ tocapelotas de a bordo. No se puede intentar montar el tinglado mientras el que está a tu lado (a veces la persona más querida) te lo va tumbando cada vez que pones una pieza nueva. Si usted ha decidido perseguir un sueño deberá apartarse de este tipo de personas. Porque aunque construya una coraza mental en la que reboten los mensajes negativos, los seguirá recibiendo subliminalmente y se irán colando como gusanos en su nivel subconsciente, con resultados aún peores. Todo lo que oímos o de alguna manera percibimos queda registrado en ese nivel. Incluso cuando dormimos.

Otra cosa más: el pensamiento negativo es más poderoso que el positivo. Esto puede sonar horrendo, pero es constatable todos los días viendo, por ejemplo, como sólo la noticias negativas tienen universal audiencia en los medios de comunicación. Es el lado oscuro de la fuerza que utiliza el malvado Dart Vader de La Guerra de las Galaxias. Potente pero ciego. Habitualmente estúpido. La fuerza positiva no es tan poderosa pero tiene de su lado a la inteligencia y esto, como mínimo, equilibra la balanza. Es una historia tan antigua como el comienzo de los tiempos, con los ángeles rebeldes enviados al Infierno donde conspirarán permanentemente contra la Sabiduría y la Paz. La fuerza negativa es intrínseca a la naturaleza y trabaja sola (es la entropía o segunda ley de la Termodinámica: todo se encamina desde el orden hacia el caos; los vasos que caen al suelo se desordenan en mil pedazos; los objetos abandonados se desintegran con el tiempo; la vida tiene como destino final la muerte). La fuerza positiva debe trabajarse todos los días desde la mente gloriosa y sabia, y estar acompañada de trucos excelentes como la unidad, la cooperación y la combinación de muchas fuerzas positivas: el amor como número uno, el trabajo, la solidaridad, la ayuda a los demás, el pensamiento y la creatividad para el progreso social. Según todas las religiones, las fuerzas del Bien (después de haberlo pasado mal) conseguirán la victoria definitiva al final de los tiempos.

Pensar en positivo es extraer de las personas, de los sucesos y las situaciones aquella parte útil para armonizar y crear, a veces efectivamente enterrada en un montón de mierda circundante. Si usted bucea en los arrecifes de Cuba puede quedar embelesado por la contemplación de los corales, de los peces tropicales nadando elegantemente, de los grandes azules y verdes de las aguas y armonizarse de tal manera con el medio que tendrán que sacarlo de ahí casi a la fuerza, mientras su compañero buceador está cogiendo frio en el agua, se ha pinchado con un erizo y un tiburón le ha dado un susto y quiere salir del agua lo antes posible, y sólo ha sido capaz de extraer lo negativo de la experiencia. El mismo medio ha aportado mucho al primero y le ha restado armonía y felicidad al segundo. Lo culpa no es del mundo, sino de la interpretación y uso que la mente de cada uno ha hecho de él.

Muchos libros de auto-ayuda, astrología, adivinación, etc. parecen confundir el término pensamiento positivo con las frases de autoafirmación, filosofías de lo positivo y eslóganes para el bienestar. Las formulan de forma lapidaria, y raras veces exlican cómo incorporar todo eso a la personalidad del sujeto. Pensamiento positivo es una armonía total con el entorno productivo. Es la generación de un estado de ánimo automático durante el cual se vierten a los circuitos cerebrales todas esas drogas maravillosamente naturales del bienestar como la dopamina. Pero hay que andarse con cuidado con las autoafirmaciones (soy el mejor; llegaré a ser el Presidente; este partido lo vamos a ganar, etc) porque son la herramienta más agresiva del pensamiento: de hecho sólo pueden usarlas con beneficio mentes campeonas antes y despues de la competición (o antes de abrir la puerta de un banco para pedir un crédito o antes de...lo que quiera) es decir, durante la llamada fase de "estrés positivo". La autoestima debe ser enormemente alta para que tenga efecto. Implementar este tipo de afirmación sin una previa base de entrenada autoestima puede ser contrapoducente, producir depresión, sonar ridículo, y conducir a fases de pensamiento muy negativas.

Es justamente el pensamiento positivo (el que no busca justificaciones, el que no está irritado, el que acepta el mundo tal como es aunque intenta ayudar a los demás, el que ama sin exigir ser amado) el que acaba construyendo tranquilamente y a base de practicarlo, capa a capa, la autoestima. Y desde ella sí que todo va a ser posible (incluídas las autoafirmaciones).

Y es muy divertido ver como la negatividad de algunas almas humanas se estrella contra el envoltorio de la indiferencia soberana más supina del campeón@, que es como decir: no, amigo, no tienes el nivel suficiente para que me interese comunicarme contigo. O, para decirlo como Rick (Humphrey Bogart) en la película Casablanca:

Ugarte : Tú me desprecias, ¿verdad Rick?
Rick    : Si alguna vez pensara en tí, es posible que te despreciara




PS.  No intente "evangelizar" positivamente una mente negativa que se encuentra a su lado porque, además de no conseguirlo, acabará usted contaminad@. Este trabajo tiene que realizarlo, si quiere, la persona por sí sola. En la mayor parte de estas situaciones, la única solución consiste en huir.





viernes, 4 de noviembre de 2011

LA NULA OBJETIVIDAD DE LA MENTE HUMANA


La verdad es que las emociones son para la inteligencia tanto una lanzadera espacial como un charco de fango. Y, entre los dos extremos, una gama infinita de colores emocionales que pueden ser vistos, según dicen, por los que son capaces de visualizar el aura de las personas.

Yo nunca he visto el aura de nadie, pero sí he visto las caras. Y especialmente los ojos, esas maravillosas antenas humanas que no admiten máscaras, donde se pueden leer los pensamientos, donde la comunicación es establecible sin necesidad de palabras. Digo de paso: mi admiración por los grandes actores y actrices de hoy que, obligados por los primerísimos primeros planos, son capaces de expresar sólo con los ojos lo que siente y piensa el personaje que interpretan. Estoy seguro que para lograrlo tienen que autoinstalarse primero la emoción que luego transmitirán efectivamente sus ojos. Son artistas.

Sé por experiencia profesional que no hay mayor motor para los proyectos que la ilusión. Y esto va desde ganar un campeonato mundial deportivo hasta curarse un cáncer. La ilusión refuerza las conexiones interneuronales de un área concreta beneficiosa a la implementación de recursos necesarios para llegar a una meta. O crea un área de habilidad nueva que sirve a este propósito. O las dos cosas. Del mismo modo, las emociones negativas como la envidia o la ira deconstruyen literalmente esa zona si es que la hubiere. Todo esto aparece hoy como bastante claro.

La cuestión ya no está tan clara en ese profuso espacio intermedio donde aparentemente las emociones no deberían estar tan presentes: una reunión profesional, conducir un vehículo, juzgar a un acusado, empujar el columpio de tu hij@, operar una apendicitis o ir de compra al supermercado. Pero la inteligencia es una barca que navega siempre en una mar de emociones, que a veces está revuelta y otras llana, y no puede evadir su quilla del abrazo de las aguas. Para bien y para mal. Por eso yo interpreto personalmente la historia de la humanidad como una sucesión de pequeños progresos y grandes disparates que, juntos, nos han traído hasta aquí. Las emociones envuelven siempre nuestros pensamientos y nuestras acciones y nos hacen impredecibles. Pero claro, tenemos que aprender a dominarlas. O si se quiere a utilizarlas convenientemente. A eso se le llama civilización. Nunca olvidaré a un profesor de la Universidad que nos dió una lección inesperada al respecto. Se estaba debatiendo una cuestión política de hondo calado, y había posiciones muy encontradas. El profesor moderaba el debate. De pronto uno de los alumnos, un poco excitado, vino a decir algo así como "...es que me repatea que se diga que..." El profesor le interrumpió: ¿ha dicho usted que le repatea? El alumno asintió. Pues tenga la bondad de abandonar el aula -conminó el profesor-, aquí venimos a aprender a utilizar la inteligencia, no las vísceras.

Así que la objetividad es imposible. Nadie está tan desconectado de la vida como para ser realmente objetivo. Aunque a veces la subjetividad extrema de algunos sujetos resulte irritante, especialmente porque nadie les  enseñó algo que debería ser obligatorio en todos los colegios, como es valorar las cosas no sólo desde un punto de vista sino desde diversos puntos de vista. A propósito de esto, un día me divertí mucho viendo un programa de televisión en el que se debatía sobre el límite de alcoholemia legal para conducir. Se preguntaba: ¿Aprueba usted el actual límite de 0,5 mgs.? Casi todo el mundo lo desaprobaba porque les parecía demasiado bajo. Pues claro, si con un carajillo ya da más de esto...,  un par de cervecitas no es nada..., además, yo controlo... Bien, había una señora que opinaba que el límite debía ser 0,0 mgs. Un señor, casi enfurecido, la rebatía, y entonces ella le preguntó: usted circula por una carretera estrecha a 90 por hora y en sentido contrario viene otro coche también a 90 por hora. Hay poco espacio. Usted controla pero, ¿qué límite prefiere para el conductor que viene en sentido contrario?  ¿0,5 o 0,0? (el señor dudó) Permítame -continuó la señora-, su hija de cuatro años va de excursión en el autocar del colegio. ¿Qué prefiere para el conductor del autocar? ¿0,5 o 0,0? Total, un carajillo, y además el conductor controla... (el señor enmudeció).

Cualquiera de nuestras opiniones, cualesquiera de los puntos de vista adquiridos por un cerebro humano está teñido de emociones antiguas, subjetividades, egoísmos, sorpresas y acontecimientos que han tenido lugar durante las percepciones y posterior formación de este punto de vista. No es que esté mal que así sea, pero la realidad casi siempre demuestra que cuanto más elevada es la inteligencia menos radical es la opinión. Por eso las personas muy inteligentes no pueden ser políticos. Para acabar no puedo dejar de apuntar una de las subleyes de Murphy, cómicamente acertada según creo. Dice así:

"La sociedad moderna está formada por tres estratos o categorías de individuos según los objetivos y la actuación de cada uno.

Primer estrato    :  Los que quieren aprender, aprenden.
Segundo estrato :  Los que no quieren aprender, son empresarios.
Tercer estrato    :  Los que no quieren aprender ni ser empresarios hacen las leyes"

Así nos va. Saludos.







links:                                                                 libros:

www.inteligenciaemocional.org/                         Daniel Goleman   La inteligencia emocional
                                                                         www.resumido.com/es/libro.php/190

















                                                                                                                                FEELINGS

martes, 1 de noviembre de 2011

PELÍCULAS DE ESPÍAS

Los buenos aficionados al cine que yo conozco -quiero decir los que van al cine a ver la película a oscuras, en pantalla grande y sin interrupciones-, tienen una especial debilidad por las películas de espionaje en cualquiera de sus formas que, si son buenas, emocionan y hacen funcionar el cerebro, convirtiendo al espectador empático casi en un personaje activo de la historia que se relata, llena de inteligencias y contrainteligencias, verdades y mentiras, ocultación de información, desinformación, fidelidades y traiciones.

El guionaje de este género de película es una profesión de por sí porque, a parte que hay que tener un cierto conocimiento de la estructura y operativa de las redes variables que funcionan por el mundo, también hay que manejar la información como un químico maneja las mezclas de laboratorio: dónde está cada cosa y por qué; que puede deflagrar si se mezcla, qué es medicina y qué veneno. Dos ejemplos elementales: el protagonista se comporta de un modo extraño y no entendemos por qué  (tiene una información que los espectadores no tenemos que justifica este comportamiento, ¿cuál será?). El protagonista se encuentra en un peligro extremo pero está completamente tranquilo (no tiene la información que los espectadores sí tenemos, y es que está al lado de una bomba que va a explotar, ¿cuándo se enterará?) y así sucesivamente.

Como la mente no descansa nunca, es buena idea distraerla con ejercicios imaginarios que no son más que juegos. Las películas de espías son una estupenda manera de relajarla introduciéndola en un mundo mágico durante noventa o cien minutos. Ahí van algunas de mis preferidas (cada uno puede hacer su propia lista):

La trilogía de Bourne:  El caso Bourne, El mito de Bourne, El ultimátum de Bourne
Caza a la espía
Infiltrados
La vida de los otros
El espía que surgió del frío
Una mente maravillosa
La casa Rusia
Topaz
Spy Game
Garbo, el espía