viernes, 14 de septiembre de 2012

LA ECUACIÓN DE DRAKE







Estamos en 2212, y hace unos trenta años por fin una civilización galáctica de un sistema solar de Orión contactó con nosotros. Sus habitantes se mostraron benéficos, y ahora que venimos tratándolos regularmente hemos constatado que estos seres tienen una conciencia algo superior a la nuestra, quizá porque su civilización lleva muchos más años de evolución, y podemos aprender bastante de ellos. De todos modos nadie es perfecto, y como resulta que ellos se cargaron su planeta en su día (que era ya de por sí mucho menos fructífero que la Tierra) sus cuerpos se fueron debilitando y degenerando, pero su cada vez más avanzada tecnología los fue dotando de exoesqueletos ultrasilicónicos que aguantan la deteriorada estructura biónica. Su reto de supervivencia era viajar fuera del planeta y encontrar una civilización similar dotada de cuerpos completamente biológicos y mentes emocionales con los que mezclarse y constituir una raza mejor. Y la encontraron. Te quiero Carmencita. Yo también te quiero Biri-Biri.

En 1961 Frank Drake, el radioastrónomo que actualmente preside el instituto SETI (Program to Search For Extraterrestrial Intelligence) de Estados Unidos (www.setiathome.berkeley.edu), concibió una fórmula para determinar la cantidad de lugares de nuestra galaxia con habitantes en situación de lanzar al espacio emisiones de radio detectables, identificando los factores necesarios para el establecimiento y desarrollo de las civilizaciones. La ecuación era la siguiente:

                 N = R* x  fp  x  ne  x  fl  x  fi  x  fc  x  L

donde

N  es el número de civilizaciones de la galaxia en situación de desarrollo necesario para comunicarse

R* es el ritmo anual de formación de estrellas del tamaño adecuado dentro de la galaxia
fp  es la proporción de estas estrellas que tienen planetas
ne  es el número de planetas rocosos a la distancia adecuada para desarrollar vida
fl   es la fracción de estos planetas en los que la vida efectivamente se ha desarrollado
fi   es la proporción de estos planetas en los que se ha desarrollado vida inteligente
fc  es la fracción de estos planetas donde se ha alcanzado un nivel tecnológico que quiere comunicarse
L   es el periodo de años en el que existe una civilización inteligente y comunicativa

La solución dada por Drake, después de aplicar las magnitudes más o menos conocidas en aquel tiempo, fue la siguiente:

                 N = 10 x 0,5 x 2 x 1 x 0,01 x 0,01 x 10.000  =  10

por lo que estimaba que en la galaxia Vía Láctea (constituída por 100 mil millones de estrellas) habría diez civilizaciones en las condiciones apuntadas.
Luego, si pensamos en el número de galaxias que se calcula para todo el universo -500 mil millones- y lo multiplicamos por 10 nos encontraremos con la pasmosa cifra de 5 billones de civilizaciones. Esto ya es otra historia que hace rodar la cabeza. Pero claro, la comunicación con cualquiera de ellas se supone imposible por estar extremamente alejadas de nosotros. De hecho, la galaxia más próxima es Andrómeda, situada a dos millones de años luz de la Vía Láctea. Así que cualquier mensaje tardaría al menos cuatro millones de años en ir y regresar a la Tierra, si es que alguien contestara en seguida.

Según Chris Impey, profesor de astronomía de la Universidad de Arizona (www.chrisimpey.com), "Las ideas procedentes de los límites de la física brindan un contexto para interpretar el universo que habitamos. La gran explosión comenzó como una fluctuación cuántica con la espuma del espacio-tiempo como telón de fondo que quizá dió lugar, y siga dando lugar, a una abundancia de universos, cada uno de ellos con propiedades distintas. El concepto de multiverso evoca un número infinito de universos independientes del nuestro. Sus características presentan diferencias tan radicales que quizá la vida sólo fuera posible en una pequeña fracción de ellos, lo que restaría a nuestro universo cualquier carácter especial. A primera vista el multiverso parece una contradicción insólita de la estética científica que considera que las soluciones sencillas son las mejores, pero es coherente con una cosmología inflacionaria, y habría maneras de que a la larga obtuviera una base observacional."








                













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