Cada punto es una batalla que se puede ganar o perder. Una serie de puntos ganados estratégicamente hacen ganar un juego. Una serie de juegos ganados estratégicamente hacen ganar un set. Una serie de sets ganados estratégicamente hacen ganar un partido. Y, en seguida, a jugar otro partido. Y luego otro y otro y otro.
Esta hermosa metáfora de la vida requiere de un gran entrenamiento físico y de una técnica de altísimo nivel, desde luego. Pero principalmente requiere de un dominio mental de las situaciones; de saber cuando y dónde unos puntos son más decisivos que otros, dónde se puede estar más relajad@ y dónde hay que poner toda la carne en el asador. Y de cómo conservar la cabeza en cualquier situación.
En la vida se ganan y se pierden cada día pequeñas batallas que, juntas, conformarán la ganancia o pérdida de una cuestión. Y las ganancias y pérdidas de sucesivas cuestiones conformarán la ganancia o pérdida de un determinado proyecto. Y la suma de proyectos ganados o perdidos acabarán conformando una vida. Y, como en el tennis, no es la suma lineal de ganancias y pérdidas la que decide el resultado, sino la combinatora de ciertas ganancias y ciertas pérdidas ocurridas en momentos oportunos.
Rafa ha sido entrenado mentalmente para afrontar situaciones deportivas límite desde una mente rectora inasequible a la euforia o al desaliento, independientemente de cuál sea esta situación. Por eso puede hacer con sencillez algo muy difícil: ir abajo en el marcador y remontar y acabar ganando el partido. La concentración de la atención es la clave para un control mental de estas características. Según el pensador hindú cachemiro Patañjali (256 a.c.), "el yoga consiste en impedir, por el control, que la mente tome diversas formas. Durante el tiempo de la meditación, el yo vidente descansa en su propio estado inmodificado. En los demás momentos el yo vidente está identificado con las modificaciones." Siguiendo un entrenamiento mental a partir de este principio, el nivel de concentración llega a una cotas donde sólo existe el partido de tennis en su desarrollo presente (no un presente de "este partido" sino un presente de "este sólo instante"). Se han eliminado todas modificaciones dispersadas y la mente focaliza en la acción momentánea. Han desaparecido las emociones y los dolores. Se puede sufrir y gozar sin consecuencias. El entorno no existe. El mundo es una pelota de tennis.
Una alta capacidad de concentración de la mente se alcanza con la práctica regular. Una mente humana moderna suele tener un grado de dispersión colosal, pensando y actuando sobre la marcha, haciendo decenas de cosas a la vez, interaccionando socialmente sin parar, mirando la televisión, enviando eseemeeses... no es así como se logra alcanzar objetivos. Practicar la concentración consiste en pensar una sola cosa durante un tiempo determinado, en un entorno tranquilo, eliminando pensamientos laterales y disgresiones. No es fácil al principio, pero cuando se alcanza un cierto nivel la vida empieza a cambiar, porque se ha aprendido a dirigir el pensamiento del mismo modo que se dirige un auto por una carretera. Es una especie de unificación de la mente. Y además, quien se halle totalmente concentrad@, totalmente absorvid@ por esta unificación no tendrá tiempo para ser infeliz. Su propia mente no le dejará espacio para eso.
Maria Sharapova. Campeona de Roland Garros.
¿Algún comentario o vivencia personal para comentar? Charles bennet estará encantado de responderle. Gracias.
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