viernes, 9 de septiembre de 2011

MANUAL ECLECTICO DE LA BUENA SUERTE



LA SUERTE ES UNA SEDUCTORA TAN VOLÁTIL QUE, AL CAPTURARLA, SE DESVANECE.

No se puede capturar el pensamiento: no se pueden capturar las motivaciones, ni los entusiasmos, ni los amores, ni mucho menos la fortuna. Menos mal. La suerte, que es una forma de suceso que en teoría debe atraer lo anhelado, sólo lo atrae de verdad en la medida que se deje de anhelarlo. Lo anhelado no se atrapa con red, ni con buenas palabras, ni con hechizos ni capicúas. Se atrapa (una vez se ha acotado el objeto del anhelo) con trabajo duro y amable indiferencia. Entonces la suerte, cuando ya no se acuerdan de ella, regresa para hacerse reconocer.

Ésta es la función benéfica del pensamiento positivo: crear una escenografía mental suficientemente acogedora y relajada como para que la bella dama de la suerte decida ser su inquilina. El pensamiento positivo es un estado de la mente del que se han eliminado congestiones parasitarias como el nerviosismo, la histeria, la ambición desmesurada y, por supuesto, la ira y el energumenismo, y donde los hemisferios cerebrales se armonizan entre ellos, primero, y con el resto del mundo después. La suerte no llegará si no se da este estado previo, y si aún así lo hiciese sería por equivocación, y por tanto como raro fenómeno puntual e irrepetible.

Para atrer la buena suerte no hay que cruzar los dedos, ni ver un gato negro, ni comprar talismanes ni rezar siete padrenuestros mirando a Jerusalén. Lo que hay que hacer es pasarse la vida abriendo puertas, creando oportunidades, estructurando proyectos, compartiendo con los demás; porque la señora suerte está observando con curiosidad  estos movimientos concentrados de los que trabajan mucho (las inteligencias generadoras), y por el resquicio de una de sus puertas, el día más impensado, penetra, extrañada de que no la deseen. Y cuando lo hace no hay que adorarla ni hacerle la pelota, ni tan sólo sonreírle. Porque sepan que el gran truco no es esperar que la suerte nos sonría, sino sonreír nosotros ante la desgracia. La suerte, que se muere de curiosa, al verlo, no entiende qué está pasando. Pero si quedamos que la guapa era yo..! -parece pensar. Por eso volverá. Paciencia.

Los grandes ejercicios que atraen suerte son:

Practicar la serenidad
Desterrar cualquier forma de envidia, por pequeña que sea
Bailar
Dibujar en grandes láminas mientras se canturrea
Intentar vivir con la mente instalada en el momento presente
Charlar con los amigos
Ser solidari@
Creer que la suerte no existe

EL TEST DE LA BUENA SUERTE
(averigüe hasta qué punto usted es afortunad@ contestando a este test)
Si la afirmación es cierta para usted, anote 1 punto; si no es cierta, 0 puntos


Desde la ventana de mi cuarto veo la luna y las estrellas
Amo a mi pareja a pesar de todo
Mis padres son/eran maravillosos
Tengo un coche pequeño/grande. Quizá no es muy chulo, pero me gusta conducirlo
Me encanta la playa y disfruto mucho del sol y del mar
A veces voy al bar y me tomo un vinito con un poco de jamón
Tengo buenos amigos
Tengo relativamente buena salud
Me gusta ver cómo cae la nieve
Mis hijos/nietos son estupendos
Me encanta el cine
Todavía estoy viv@

12 puntos   :  extremamente afortunad@
10 puntos   :  muy afortunad@
8   puntos   :  afortunad@
6   puntos   :  bastante afortunad@

Gracias. Si les ha gustado este artículo, me sentiré sumamente afortunado.

 







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