miércoles, 5 de diciembre de 2012

DESESPERADOS POR APRENDER







La adaptación de medios y metodologías de la educación al universo digital y al 2.0 en particular, como la formación on line, es objeto de un intensísimo debate en la actualidad, con Estados Unidos al frente de las investigaciones, con aportaciones de todos los sectores de la educación. Hay opiniones para todos los gustos, desde al autoaprendizaje digital supervisado por un monitor, hasta el regreso a las filosofías de los viejos popes de la pedagogía humanizante como Piaget, Montessori, Decroly y otros, ahora apoyándose en
las tecnologías digitales.

Se ha postulado que la autoeducación es la única educación que existe en realidad, mientras los educadores se esfuerzan por convertir sus aulas de ordenadores en lugares donde se insufle también la emoción y el entusiasmo. Donde la participación y el intercambio con los demás sea el auténtico estímulo. Donde la investigación individual se desarrolle a partir del e-learning y de la construcción de blogs desde los que interaccionar intelectivamente con otros aprendices. Y algunos se preguntan ¿la selección informativa necesaria para extraer contenidos de la masa apocalíptica y cataclísmica de Internet ¿con qué criterios se debería proponer?

Mientras tanto, en la India, escolares sin escuela reciben lecciones magistrales impartidas bajo puentes por  maestros locales bienintencionados. Y puedo asegurar que bajo estas condiciones están allí los alumnos que de verdad quieren aprender, que priorizan su ansia de saber por encima de la misma alimentación, que la demanda de su pequeño estómago más o menos hambriento es neutralizada por la lucecita del conocimiento. Yo, las veces que he visto esto en persona, me he emocionado y he vuelto a confiar en el futuro de la raza humana.

El ansia de saber es una función del cerebro sutil y enternecedora, un afán de despegar, de alzar el vuelo hacia las estrellas de la ciencia y de la sabiduría, de alzarse por encima de esta condición material a veces  sucia y corrupta y otras tan sublime, de intentar comprender para un día lograr organizar. Nadie sabe dónde está exactamente localizada esta inquietud mental aunque parece que en el neocórtex frontal. Es posible que sea sólo eso lo que nos distingue de los animales y hace que sintamos que, el día que sepamos más cosas todo irá mejor, y sea así la causa de este optimismo irracional de la especie humana que siempre cree en un futuro esplendoroso y por eso mismo sigue luchando y por eso mismo ha llegado donde ha llegado.

Soy un admirador de ese cerebro infantil nítido armado con potencialidades a la espera de desarrollarse positivamente, y por supuesto envueltas en las mismas o aún mayores emociones que las del cerebro adulto. Qué enorme responsabilidad la de los padres, que muchos eluden y traspasan a los profesores para que les traigan a casa el hijit@ ya educado. Enséñame cosas, papá, juega conmigo. Cuanto más aprende, más desea aprender. Cuanto más desea aprender, más aprende.

En Escandinavia los niños estudian en régimen de total libertad y se han suprimido los conceptos de competitividad, de premio y de castigo. Las evaluaciones son de actitud y comportamiento y no de quantum aprendido. Los alumnos autoaprenden a leer y escribir cuando ellos sienten la necesidad de leer y escribir; de saber que dice este cuento de dibujos, de escribir su nombre, de pulsar el teclado del ordenador y formar un grupo de palabras que, pinchado, abre unas ventanas sucesivas fenomenales: algunos más pronto, otros más tarde. Unos reconocen las letras y forman palabras sencillas ya a los cuatro años, otros a los cinco, a los seis o a los siete. Parece ser que la velocidad de incorporación del conocimiento es individual, probablemente porque las motivaciones también lo son. Durante todo este episodio hay una secuencia interpersonal que es la verdaderamente importante: la relación con los demás para el juego y también para el intercambio de información es decir, qué podemos aprender de cada uno. Porque se aprende lo que se da, y se olvida lo que se guarda.

Vuelvan a mirar por favor la foto y observen la mirada del niño de la izquierda. Quiero aprender. Saludos.















¿Le gustó este post? Charles Bennet apreciará mucho sus comentarios. Gracias.

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