domingo, 8 de enero de 2012

MÚSICA PARA MENTES UN POCO OBLICUAS


WAGNER
Richard Wagner era una buena pieza. Hombre intolerante y testarudo, convencido de que era un genio colosal y superdotado y que las demás personas existían para su conveniencia, vivió más allá de sus posibilidades, tuvo numerosas y turbulentas amantes, generó una ingente cantidad de deudas y escapó a lugares diferentes para no pagarlas.
Fue expulsado de Alemania por revolucionario. Vivió en Suiza y después en Weimar. Muchos creían que estaba bastante loco. Algunas de sus composiciones así parecen testificarlo. Épicas y sublimes a la vez, muchas veces apocalípticas y otras trágicas, otras triunfantes a nivel de delirio, no pueden dejar a nadie indiferente. Décadas después de su muerte, los nazis se apropiaron de su música.










Para escucharla yo diría: cuidado amigos. Éste es un tipo de música que hay que estar un poco loco para entender. Su sublimidad reside en su potencia, en su mentalidad victoriosa más allá del destino, en su furibunda supremacía, en su romanticismo criminal.  Personalmente pienso que es una música  útil y disfrutable cuando la mente se encuentra en camino hacia arriba, cuando el proyecto personal está creciendo, cuando el cerebro está sintonizado con qué grande es el mundo y cuántas cosas quedan aún por hacer. Al contrario, si el estado anímico no es bueno o es depresivo o simplemente lánguido, la música de Wagner resulta demoledora. Richard te montará encima de un cisne volador que te llevará a unos cielos desconocidos o te sumergirá en un infierno en el que vas a llorar (que puede ser también una forma magnífica de sacudirse de encima la tensión acumulada). No recuerdo la película donde alguien dice a Woodie Allen:

-¿Le gusta Wagner?
-Desde luego, me encanta.
-¿Y lo escucha usted mucho?
-No, no lo escucho jamás.
-¿Ah, no? ¿Y por qué?
-Porque cuando lo escucho me dan ganas de...invadir Polonia.


PIEZAS IMPRESCINDIBLES:

El Holandés Errante
Los Maestros cantores de Nurenberg
Tannhauser
La cabalgata de las Valkirias
Los Nibelungos
El Ocaso de los Dioses
Tristán e Isolda
Parsifal


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