Si bien nadie negará que los ordenadores y sus programas han conseguido un tipo de inteligencia lógica basada en el cálculo matemático muy superior a la del cerebro humano en computación y en velocidad, no es menos cierto que hasta ahora los niveles de razonamiento humanístico operados por la IA son decepcionantes, aunque sus especialistas se empeñen en insistir en lo contrario. Es un caso parecido al de los que experimentan con la inteligencia de los animales: es cierto que se ha logrado, a base de premiarle con un plátano, que un mono señale la forma geométrica correspondiente o repita de memoria las distintas sumas y restas que sus educadores han tenido la paciencia de enseñarle mecánicamente gracias a un número infinito de plátanos. Pero ni siquiera la inteligencia de un delfín estimulado con peces, o de los softwares con los programas de algoritmos más avanzados han sido capaces de contestar a una pregunta tan sencilla como ¿cuál es tu alimento favorito? (a menos que previamente se le haya programado para contestar a esta pregunta concreta con una respuesta lógica: "las sardinas" o "la electricidad", según sea delfín o computadora). Porque para contestar a esta pregunta es necesario pensar.
No estoy diciendo que, en el caso de los ordenadores por lo menos, sea imposible programarles para pensar con este raciocinio fuzzi o humano del "bueno, aproximadamente". Seguramente no hay nada imposible. Pero ahora parece extraordinariamente lejana la posibilidad. Los razonamientos de un niñ@ de dos o tres años son infinitamente superiores a los de la IA actual, sobretodo por causas emocionales. Las conclusiones que extrae la IA a partir de la computación lógica de datos empíricos son directamente estúpidas, porque todavía funcionan solamente en base a la computación matemática (por eso les llaman computadoras) o a la ordenación de datos (por eso se les llama ordenadores; además en castellano, lo de computadora suena fatal). Pero las ganas que tienen los investigadores de que se acerquen a los niveles del raciocinio les hacen ser algo benévolos con los resultados. A los entrenadores de perros les ocurre lo mismo: sienten tanto cariño por el animal que ven inteligencia donde sólo hay entrenamiento repetitivo. Bravo, Treski, que listo eres. Es que es mi perro.
Una máquina como Deep Blue puede ganar al campeón mundial de ajedrez porque puede preveer las combinaciones (matemáticas) de los siguientes movimientos y encontrar siempre la mejor posibilidad. En el terreno físico y espacial (movimiento de robots, ecolocalizaciones y posicionamientos globales) los avances son substanciales aunque lentos (llevamos ya más de cincuenta años con todo esto). Sin embargo el desarrollo de la posibilidad del pensamiento artificial generado por una identidad artificial o replicante está a años luz de las complejas operaciones emocionales que efectúa sin esfuerzo el cerebro humano desde pequeño, por ejemplo, mentir. A veces buscando el beneficio propio, otras por compasión o buena educación, otras para divertirse enredando a alguien; el cerebro decide cuándo es oportuno. Y se lo pasa bien. A veces, de este modo, se siente más listo. ¿El cerebro más listo es el que engaña mejor? Me has engañado, ¿por qué lo has hecho? Porque me encanta ver la cara que pones, ja, ja.
El humano adulto, en su comunicación con el mundo, tiene por ejemplo enorme facilidad para pensar una cosa y decir otra. Si las máquinas aprendieran a mentir (antes deberían aprender un billón de cosas más) ¿dónde quedaría la seguridad humana? (véase este tema quasi-filosófico ya en la temprana película "2001 Una Odisea Espacial" de 1968)
Verá señor Ordenador Jefe, es que ayer no vine a trabajar porque se murió mi suegra y tuve que quedarme con el niño porque mi mujer se fue al entierro, ¿sabe? (es mentira, pero a un ordenador se le miente de manera más simple -porque no hace falta el énfasis- y aún con más gusto que a un humano, y además se lo cree todo). ¿Te iba a pillar el ordenador? ¡Qué te va a pillar! Tú eres más listo que el ordenador. El programa está basado en el uno y en el cero y en los algoritmos, ¿cómo va a saber si la excusa es suficientemente buena? Los programas de software, por avanzados que sean, son el paradigma de la cabeza cuadrada, y me encantaría ver interaccionar un potente ordenador de la más alta tecnología de "razonamiento avanzado" (y con voz) con un grupo de amigos andaluces que se están tomando unos vinitos (los ingenieros bautizaron el ordenador con el nombre de SILCO 2050, pero nuestros amigos le llaman Pepe). Por cierto, ¿entendería el ordenador el acento andaluz? ¿Comprendería el ordenador a un gitano cantando "luna, lunera, cascabelera? ¿Qué contestaría si le ofrecieran un puro?
El cerebro humano se autoformatea constantemente con el propio pensamiento y con la información global que recibe del exterior vía vista, oído, olfato, gusto, tacto y a la vez con la interpretación de la información contenida en el lenguaje y en los signos semióticos (que cada cerebro interpreta individualmente a partir de su base de datos particular que es el resultado, siempre variante, de la educación recibida, del nivel de inteligencia, de la cultura, de las emociones, del temperamento, de las neuras, de los dolores reumáticos...) Y, ¿qué decir del humor? ¿Habrá programas que tengan incorporado un sistema de interpretación de bromas que también se ría (seguro que a destiempo) para mayor distensión comunicativa? ¿Se reirá siempre aunque los chistes sean malos? Si el programa informático tiene un lenguaje matemático y los humanos uno humorístico ¿será posible entenderse? Si usted sólo habla un poco inglés y un grupo de ingleses hablan entre ellos, le miran y se ríen, ¿cómo reacciona? ¿entenderá necesariamente que se están riendo de usted? ¿Podrá ofenderse la supuesta identidad de un programa informático? Si se le insulta ¿sabrá distinguir entre el insulto cariñoso (tontorrón) y el ofensivo (hijo de puta)?
La IA basada en la lógica llegará a ser abrumadoramente superior a la inteligencia lógica humana. Pero el cerebro humano es casi todo lo que se quiera menos lógico. Pensando y actuando sólo en parámetros lógicos, la raza humana ya estaría extinguida. No es con lógica que se llega al Polo Sur. El cerebro humano hace algo que ningún animal ni ordenador puede hacer jamás y es que, cuando todo está perdido, más allá de cualquier posibilidad lógica de triunfo, sigue luchando. A eso le llaman voluntad y es el motor del progreso.
¿Podremos un día construir máquinas que sean nuestros replicantes cuyos cerebros con voluntad también se autoformateen y desarrollen unas identidades que a su vez construyan nuevas máquinas de cerebros aún más potentes y así sucesivamente hasta que acaben con la cachonda raza humana? A esta posibilidad futura los ingenieros de la IA la llaman "la singularidad". Quizá no lleguemos tan lejos. Temo que exista una probabilidad real y horrible de que mucho antes, por desgracia, nos hayamos cargado el planeta Tierra, que ya no pueda albergar humanos, ni replicantes, ni softwares que puedan conectarse a alguna fuente de energía, ni pinos bajo los que echarse para reflexionar sobre la fragilidad del equilibrio ecológico.
Pero seamos optimistas. La mente humana puede permitirse esta veleidad que es el origen lejano de sus triunfos. La inteligencia matemática será, por su lógica, naturalmente pesimista, y ahí estará nuestra oportunidad. Porque con el pensamiento optimista reforzaremos unas áreas neuronales específicas que nos enseñarán el camino que yo supongo no es otro que potenciar las zonas de solidaridad, de sensibilidad, de emociones benéficas como el amor y la ayuda a los demás; como el arte y el humor; el juego y el bienestar y el respeto a la naturaleza. Todo esto y mucho más puede la mente humana autoprogramárselo y hacerse así soberana. Ésta será una actuación de dioses. Las máquinas nada podrán contra el amor y la solidaridad y el arte, y serán por siempre nuestras servidoras para las aburridas e inocuoas tareas de calcular, presupuestar y ecolocalizar. Amén.
EL FESTIVAL DE CINE FANTASTICO DE SITGES 2011 ESTUVO DEDICADO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
www.sitgesfilmfestival.com/
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