En 1967 Paul Baran, un investigador que trabajaba para el gobierno de Estados Unidos, publicó un estudio que describía sistemas de conmutación de paquetes de redes a los que llamó redes de comunicación distribuídas. Imitando el funcionamiento del cerebro humano, la propuesta de Baran era un sistema de comunicaciones mediante ordenadores conectados a una red descentralizada, de manera que en caso de destrucción de algún núcleo los demás podían seguir comunicándose sin problemas, e incluso así tal vez hacer que otras redes sustituyeran a las destruídas.
Hoy, este colosal supercerebro no pensante es manipulado localmente por mentes humanas pensantes. Es decir, el Gran Software universal no pensante tiene millones de pequeños softwares que lo administran, gestionan y utilizan a su conveniencia. Este fenómeno, como la propia mente, está en todas partes y no está en ninguna parte.
Todas estas mentes, pequeños softwares que, como usted y como yo intervienen todos los días el Gran Software, están ya clasificados según una escalera de participación descendente desarrollada por Forrester (Social Tecnographics Defined de Josh Bernhoff) http://www.forrester.com/Groundswell/ladder.html que es la siguiente:
CREATOR: publica webs, mantiene blogs, cuelga vídeos.
CRITIC: comenta blogs, vota productos, hace revisiones, participa en encuestas.
COLLECTOR: usa RSS o etiqueta páginas.
JOINER: usa redes sociales.
CONVERSATIONALIST: usa chats, twitter, facebook y similares.
SPECTATOR: sigue blogs, mira vídeos, escucha podcasts, lee noticias.
INACTIVE: no hace nada de todo esto.
En INTERNET, como en LA VIDA,
cada uno elige lo que quiere ser.