Muy a menudo me preguntan por la reencarnación. Que si yo creo o dejo de creer en el fenómeno de vivir vidas sucesivas en distintos cuerpos y distintas personalidades. En si alguna vez he recordado algo de una vida anterior.
Pues bien: diré que me he sometido a hipnotismo regresivo alguna vez, donde le he contado al hipnotizador historias de vidas anteriores con detalle de lugares, personas, circunstancias; alegrías y tragedias; amores, desamores y en general vivencias de todas clases. Pero claro: ¿cómo saber si todas estas imágenes y acontecimientos que salen de mi inconsciente forman parte de una realidad antigua
propia o son resultado de una acumulación informativa total o parcial: una especie de remezcla en el inconsciente de realidades pero también de historias oídas, de cuentos, de películas vistas, de literaturas leídas; de sucesos reciclados por mi a partir de hechos ocurridos a personas del entorno más o menos habitual, más o menos lejano? Yo he relatado muchos hechos personales bajo la regresión hipnótica; he mencionado nombres y lugares; pero
strictu sensu no puedo recordar conscientemente ninguna de estas circunstancias. Como a todo el mundo le ocurre, a veces me parece que una persona que acabo de conocer la conozco ya de antes; que una situación determinada ya la he vivido antes. Todo lo que puedo decir es que quizás me he estremecido al relatarlas a mi hipnotizador; he llorado y me emocionado al revivir algunas cosas que no sé hasta que punto me pertenecen y siempre envueltas en una melancolía lejana, una sensación como de pérdida; un sentimiento como de haber abandonado algo importante, hace tiempo, en algún lugar lejano...
Me encantaría que existiera un ciclo de idas y venidas a la escuela terrestre, de idas y venidas al trabajo material es decir: el de un espíritu inmaterial, Yo Superior (o Ego), que se materializa regularmente para
sentir en una
carne física percepciones, sensaciones, emociones, dolores y placeres que le ayuden a ir siendo más experimentado y sabio. Pero de momento no tengo modo racional de saberlo y, por tanto, tiene que ser una cuestión de fe. Y no estoy seguro de tenerla al cien por cien. Mi inteligencia material me invita a la duda. Por otro lado mi amigo budista tibetano me dice, para mi sorpresa, que no debo alegrame de vivir y volver a vivir vidas y vidas materiales en éste (¿o en otro?) planeta, pues en esto consiste precisamente el infierno: la encadenación perpetua al plano material. La felicidad, la inmortalidad, no se encuentran en este plano que es de sufrimiento. Se encuentran arriba, en el Devachán, donde la Suprema Identidad ha dejado ya el ciclo diabólico de las reencarnaciones porque han terminado "sus experiencias" y puede por fin descansar y gozar de la inteligencia y del amor ganados, en todo su esplendor.
RELIGIÓN
Las religiones hinduístas y budistas, y algunas otras, plantean un escenario donde el espíritu superior individualizado o
molécula permanente (en sánscrito:
"Atma") siente en cierto momento la necesidad de tener experiencias a niveles
más burdos de existencia que su nivel purísimo no permite. Algo así como -y perdón por la brutal comparación-, saborear uno mismo la sopa en lugar de que otros te cuenten el gusto que tiene. Esta necesidad de
La Voluntad (Ego) precipita en un
cuerpo causal (en sánscrito:
"Buddhi"),que es un molde de cuerpo extremamente prístino, inconsútil, formado por moléculas muy separadas unas de otras, sobre el que se irán construyendo progresivamente nuevos cuerpos o moldes cada vez más
espesos. El siguiente cuerpo que se formará alrededor del cuerpo causal es el
cuerpo mental (en sánscrito:
"Manas"),
instrumento de una conciencia, de la que derivará la
identidad del reencarnad@. Entonces este cuerpo mental, formado por moléculas todavía separadas pero mucho más juntas -más materiales- que en el cuerpo anterior, rodeará el cuerpo causal que quedará contenido en él. La voluntad del Ego o Suprema Identidad, seguirá precipitando en nuevos cuerpos que irán conteniendo a los anteriores como las
muñecas rusas. El siguiente en formarse es el
cuerpo astral (en sánscrito:
"Kâma"), que rodeará a los anteriores, mucho más burdo y perceptible, contenedor de los sentimientos, las emociones, los miedos y las euforias, para acabar rodeando un cuerpo
cuerpo físico macho o hembra (en sánscrito:
"Skûla") muy material, prolongación del cuerpo de su madre, de una espesura molecular grande, pesada y sujeta a enfermedades y gozos y traumas: equilibrios y desequilibrios: cuerpo seco o mojado, con frío o calor, tensionado o relajado, a veces energético, a veces lento, moviéndose entre toda clase de dichas y desdichas que bullen en el mundo de la materia pura y dura. Relleno sin embargo de una conciencia que sabe distinguir el bien del mal y por un cerebro que emite pensamiento envuelto en emoción. Un ser que en sus genes ya sabe amar, ser solidario y compasivo, aunque en cada reencarnación deberá promoverlo, desarrollarlo y explicitarlo.
CIENCIA
La física cuántica está también por la labor. Se ocupa principalmente en tratar de saber
qué es la materia para determinar sus posibles estados. Su densidad aparentemente opaca sin embargo, consta de átomos apretados, que son pequeños sistemas solares compuestos por un núcleo y electrones que giran a su alrededor. Proporcionalmente a su tamaño, el núcleo y los electrones forman un todo constituído por
espacio vacío y por tanto nosotros, o mejor dicho nuestro cuerpo de seres materiales, estamos conformados principalment por espacio vacío. Las subpartículas atómicas son
fluctuaciones de energía e información. Son inestables y determinan en paquetes de ondas sus posibilidades de existencia, puesto que sus velocidades y posiciones adquieren consistencia únicamente en el
momento de la medición. El medidor modifica lo medido; el observador modifica lo observado. Estas subpartículas existen o dejan de existir, se crean o descrean en función de si
hay alguien observando. Estas partículas se organizan en cuerdas que vibran, y podrían constituir la definitiva conexión entre la existencia material (masa) y la existencia inmaterial (energía).
Es en este sentido que algunos investigadores de las implicaciones de este fenómeno afirman que
es la conciencia la que construye la realidad y no al revés, siendo la conciencia la matriz de toda experiencia y el cerebro de los sentidos tan sólo el vehículo de esta conciencia. La creación-descreación permanente y rapidísima de partículas subatómicas entre realidad y conciencia sería nuestra experiencia de seres cuánticos en el plano material durante el tiempo de la vida humana física, para pasar al otro lado (quantum no creado) en la experiencia de la muerte.
INVESTIGACIÓN
Probablemente la más conocida, sino la más respetada recogida de datos científicos objetivos que parece aportar pruebas de la existencia del fenómeno de la reencarnación humana, es el trabajo de toda una vida del Dr. Ian Stevenson, médico siquiatra, director de la División de Estudios de la Personalidad de la Universidad de Virginia en Estados Unidos. En lugar de recurrir a la tradicional hipnosis regresiva para comprobar si el individuo ha tenido realmente una vida anterior, optó por reunir casos de niños que en el seno de sus familias habían descrito de forma espontánea (sin hipnosis) recuerdos detallados de una vida anterior a la actual. Estos casos fueron reunidos e investigados bajo estrictos protocolos científicos. El Dr. Stevenson logró completar y documentar un archivo de más de 3000 dossieres donde se había buscado con éxito la concordancia de los datos descritos con la existencia real de las personas señaladas, a veces vivas, a veces muertas, a veces no encontradas.
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